Cristo Varón de Dolores
Hacia 1500. Técnica mixta sobre tabla, 40,3 x 30,3 cm. Sala 051AEntre los cuadros y sus marcos se establecen relaciones muy estrechas como sucede en este caso, donde le marco es el primitivo y como tal forma un todo con el cuadro, evidenciándolo así el que en él aparezca la firma del pintor. Teniendo en cuenta su temática y formato, esta tabla debe encuadrarse entre las obras ejecutadas para dar solución a las demandas de una Piedad de tipo doméstico.
En cuanto a iconología, estilo y forma se relaciona con las orlas en miniaturas góticas que se ejecutan en la Sevilla de finales del siglo XV. Sánchez Román rompe la tradicional frontalidad de este tipo de figuras. Lo hace volverse hacia la izquierda, para de esta forma conseguir una cierta profundidad espacial y, sobre todo, para resaltar la visión de la llaga del costado, elemento iconográfico en torno al cual gira este tipo de imágenes. No obstante, la disposición que adoptan las manos consigue desplazar la atención hacia el rostro de Cristo, que de esa manera se convierte en el centro de atención temático y lumínico. A esto último contribuye el desplazamiento hacia la derecha de la cabeza, recurso a través del cual el pintor acentúa la tristeza del rostro de Cristo. De hecho lo que el pintor pretendió fue acercarlo al lado humano de Cristo, ajeno ya al mundo de los iconos.
Al igual que sucede con las restantes pinturas que por entonces se ejecutan en Sevilla, los rasgos que la definen siguen siendo góticos. Dado el cosmopolitismo de la ciudad, no es de extrañar que en esta tabla afloren también modos y formas flamencas e italianas. A estos influjos se debe el que este Cristo no presente el intenso y crispado dramatismo que caracteriza a los flamencos y aún a los castellanos, ofreciendo, por el contrario, un realismo ilusorio similar al que, partiendo de unos presupuestos no muy diferentes, hizo suyos Antonello da Messina.
Museo del Prado, Últimas adquisiciones: 1982-1995, Madrid, Museo del Prado, 1995, p.28