Dante pensativo
1864. Escayola, 84 x 34 cmDepósito en otra institución
Los escultores españoles, en su gran mayoría, buscaron fuentes de inspiración en Italia, durante sus estancias en este país, en muchos casos pensionados por diferentes corporaciones. Suñol bebió de las fuentes clásicas y renacentistas y culminó su producción realista con una excepcional interpretación de la figura de Dante (1265-1321). Esta obra, un claro ejemplo de las influencias recibidas durante su formación romana, está bien estructurada y compuesta con claridad, equilibrio y armonía. La representación del poeta florentino y autor de La Divina Comedia, aparece pensativo, tocado con una corona de laurel, símbolo de reconocimiento, de fama y de inmortalidad, con el atuendo propio de su época sentado en una silla de tijera (de tipo Savonarola y muy popular en la Florencia renacentista), y en la línea de toda la iconografía de este personaje, en un momento de absorta reflexión y con un libro en la mano izquierda, quizá una referencia a la filosofía o a los textos latinos en los que se refugió. La composición es muy original, noble, ponderada e intimista, con un esmerado tratamiento de los pliegues, vinculado al mundo más romántico. El planteamiento, sobrio, sencillo y claro, ya testimonia su destacada personalidad artística, y prácticamente toda la crítica la considera su obra maestra.
La ejecución de la escultura en escayola tuvo lugar durante su estancia en Roma en 1864. En la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese mismo año obtuvo la medalla de segunda clase. Fue adquirido al año siguiente por 12.000 reales, y depositado en el Instituto General y Técnico de Logroño por Real Orden de 18 de diciembre de 1908 y, aunque durante años ha estado perdido (I01051), considerándose destruido en un traslado desde el Instituto al Palacio de Espartero, sede actual del Museo de La Rioja, en julio de 2007 fue localizado en el vestíbulo del Instituto Sagasta de Logroño. Trasladada el 6 de julio de 2016 al Museo de La Rioja. La escultura fue fundida póstumamente en bronce ( E934) en 1908 a petición del director del Museo de Arte Moderno, Alejandro Ferrant, a partir de esta escayola (Texto extractado de Azcue, L.: El siglo XIX en el Prado, Museo Nacional del Prado, 2007, p. 411-412).