El banquete de Herodes
Finales del siglo XVI - Principio del siglo XVII. Aguada, Pluma, Preparado a lápiz, Tinta parda sobre papel, 208 x 232 mm. No expuestoLa obra de Maganza se encuadra en la corriente principal de la pintura del Véneto de los últimos años del siglo XVI y las primeras décadas del XVII. Sobre todo sus dibujos denotan la influencia de Antonio Zelotti (1526-1578) y, lo que es más importante, de Hans Rottenhammer (1564/65-1625), el pintor nacido en Alemania que, poco antes de 1600, estableció un taller en Venecia, donde residió durante varios años. Rottenhammer, a quien Maganza estaba ansioso por emular, era uno de los más destacados dibujantes de la ciudad en aquel momento.
En este atractivo estudio, de gran firmeza y fuerza, se encuentran repetidas las figuras ligeramente alargadas tomadas inequívocamente de Rotterhammer. Por otra parte, la monumentalidad del decorado y la complejidad del diseño de las figuras denotan que Maganza seguía también el ejemplo de Tintoretto (1519-1594) y de Veronés (1528-1588). Asimismo es visible la inspiración recibida de una artista que trabajaba fuera del Véneto: el bresciano Gerolamo Romanino (1484/87-ca. 1560), cuyas memorables representaciones de caballeros y damas ricamente ataviados explican el grupo de soldados que aparecen de juerga en torno a una mesa en el segundo plano del dibujo, así como los dos que aparecen sentados en primer término a la izquierda, en un brusco contraluz de espaldas al espectador.
El tema religioso parece ocupar un segundo lugar frente a la representación del imponente interior doméstico, iluminado de forma teatral, Salomé aparece delante de Herodes, a la izquierda de la mesa, y detrás de ella una sirvienta lleva la cabeza del Bautista en una bandeja. Con excepción de los soldados que cuchichean, en primer término, y del joven, a la derecha, que levanta la mano izquierda con gesto de sobresalto, el resto de los asistentes aparecen ajenos a la escena.
Museo Nacional del Prado, Catálogo de dibujos. Dibujos italianos del siglo XVI (por Nicholas Turner, con la colaboración de José Manuel Matilla), Madrid, Museo Nacional del Prado, 2004, p.164-165, 312