Forma
1904. Plata. No expuestoSe trata de la medalla unifaz que Blay diseñó para que se reprodujera, a modo de sello seco, en la cubierta de una nueva revista, Forma, que se editó en Barcelona entre 1904 y 1907 y aspiraba a ser el vehículo de trasmisión de las nuevas corrientes renovadoras del arte. Fue un encargo de su amigo Ramón Casas, cuya amistad ya se había materializado en 1900 en el elegante retrato al carbón que Casas hizo del escultor. Representa a una joven de formas rotundas, semidesnuda, envuelta parcialmente en una tela de gran movimiento que contrasta con la estabilidad de la figura, en una composición clara, sin paisaje de fondo, que se ha descrito por Gimeno Pascual (2005, p. 1729) como "una espléndida alegoría de la escultura, el volumen y la forma, que ofrece una de las representaciones más características de lo que es el pleno modernismo en la medalla". Muestra un profundo conocimiento de la técnica medallística y su dominio de los planos del relieve.
Blay presentó un ejemplar de 50 mm de esta medalla en galvano en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1904, junto con la medalla conmemorativa de la colocación de la última piedra de las obras del puerto de Bilbao, de 1902, que se considera su primera medalla importante. En ambas queda perfectamente reflejada su personalidad artística y su capacidad expresiva en esta especialidad (Texto extractado de Azcue, L.: Solidez y belleza. Miguel Blay en el Museo del Prado, Museo Nacional del Prado, 2016, p. 47).