Jabalí
5 a.C. - 15. Mármol blanco, 83 x 114 cmNo expuesto
Probablemente en el siglo XVII, un autor desconocido dividió mediante un corte longitudinal el torso de la estatua de un jabalí de tamaño natural en dos partes; luego, las completó y montó cada una de las dos mitades sobre un tablero liso de mármol de color. Aún hoy se percibe fácilmente que la cabeza del animal estaba levemente girada hacia la derecha. Originalmente el pesado cuerpo no descansaba sólo sobre las delgadas patas, sino también sobre un vigoroso tronco de apoyo, de mármol.
En la Antigüedad los jabalíes eran conocidos como animales de caza particularmente peligrosos, lo que condujo a que ya en época de Homero la caza del jabalí fuese considerada como un reto para los jóvenes nobles. La más famosa era la mítica caza del jabalí de Calidón, para la que Meleagro había reunido a todos los héroes del Peloponeso y que concluyó con su propia muerte. Esta caza era representada desde la época arcaica. La caza del jabalí evoca las cazas heroicas de tiempos remotos y el ejercicio cinegético en general, temas que el espectador romano podía contemplar en algunas villas a través de pinturas murales.
Se ha sugerido una datación de comienzos de la época imperial (Barrón), así como en el siglo II d. C. (Blanco), en función de las incisiones de las pupilas, típico elemento de las obras tardoadrianeas y antoninianas. Sin embargo, las estrías son más profundas y más anchas de lo habitual en obras antiguas, es decir, se trata de un embellecimiento moderno.
Schröder, Stephan F., Catálogo de la escultura clásica: Museo del Prado, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2004, p.321-323