Jarro de cristal con asa en forma de bicha alada
1670 - 1689. Cristal de roca / cuarzo hialino, Plata dorada, 29 x 16,5 cmSala 079B
Vaso compuesto por siete piezas de cristal y tres engastes de plata dorada. Su forma es muy similar a los llamados jarros de pico, con cuerpo profundo de perfil asimétrico, base redondeada y lados levemente exvasados, más saliente el que conforma el pico vertedor, delimitado por dos gallones. Boca oval, y labio que forma un plano oblicuo; vástago corto, formado por molduras y nudo central, encajado sobre un pie redondo. El asa adopta forma de bicha, muy esquemática, con cabeza y alas separadas. Según el inventario de Versalles de 1689, dicha cabeza del asa representaba a una anciana. La decoración del cuerpo se dispone en dos planos: el superior, más rico, con follajes entrecruzados que rematan en cornucopias y espigas de granos, mientras que en la parte baja se repite la decoración, más esquematizada y con algunos insectos y pájaros. En el pie también se han grabado algunos motivos sueltos.
Los elementos florales abiertos en lo alto del cuerpo del jarro parecen interrumpidos en su desarrollo, al igual que otros vasos del Museo del Louvre adscribibles al taller de Metellino como el OA 31, cuyo estilo se reconoce por la presencia de insectos, predominio de las superficies lisas y motivos decorativos vegetales cortados en su desarrollo. Estas mismas características también están presentes en los vasos del Prado O106, O107, O108 y O113. Alcouffe identificó parte de algunas adquisiciones realizadas por Luis XIV directamente a Milán, sin mercaderes intermediarios, entre los años 1685 y 1687, como unos “calderetes” o cubetas existentes en el Louvre, similares a los vasos de este grupo del Prado, y que poseen las mismas características que otros conservados en Dresde, Múnich y Viena. Concretamente en Dresde se conservan los vasos de cristal que Augusto II, rey de Polonia, adquirió en Milán ya en los años veinte del siglo XVIII, a los herederos de Giovanni Battista Metellino. Es difícil que todos estos vasos procedan del mismo taller, dada su cantidad. Como señaló Arbeteta siguiendo a Alcouffe, lo más probable es que fueran productos procedentes parte del taller de Metellino y parte de otros contemporáneos ya en decadencia, puesto que ninguna de estas obras se distingue por un alto nivel de calidad, tanto en la talla como en la decoración. La colección de Luis XIV incluía un gran número de vasos de similar estilo, que fueron adquiridos entre 1684 y 1701 y, ocasionalmente, entre 1701 y 1713. Algunos se encuentran en el Louvre, como el MR 284, que ingresó a la colección real tras la muerte del Gran Delfín y conserva aún su estuche original (MR 284 bis), perteneciente a la misma serie de los ramitos que el del Prado.
Es una de las piezas pertenecientes al Tesoro del Delfín, el conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre. La adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1776 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.