Josefa Manzanedo e Intentas, luego II marquesa de Manzanedo
1872. Óleo sobre lienzo, 58 x 42 cm. Sala 062Josefa Manzanedo (La Habana, Cuba, 1835-Madrid, 1925). Hija legitimada de Juan Manuel de Manzanedo y González (1803-1882), I marqués de Manzanedo y I duque de Santoña (el origen de cuya fortuna procedía, sobre todo, del tráfico de esclavos y de las inversiones inmobiliarias), y de Luisa Intentas Senra. Casó (1857) con Francisco de Paula Mitjans y Colinó.
Olvidado en la bibliografía sobre el artista, se trata de uno de los escasos retratos femeninos de Meissonier, pintor muy poco dado a representar a las mujeres y del que, a excepción de los retratos familiares y los de madame Sabatier, se conocen muy contados ejemplos. De todos modos, fue un excelente y agudo retratista, estudiando con detenimiento al modelo para percatarse de sus gestos más habituales. En este caso, el artista retrató a la dama en su elegante aposento, abierto a una galería del jardín, que se ve en la parte superior izquierda. Los detalles representados en este interior denotan su condición de mujer mundana y sensible a la belleza, pero también inteligente y culta, y el modo de presentarse trata de mostrar naturalidad en la manera de disponer con cierto desorden los objetos, así como las prendas de las que se ha despojado. En cuanto a la ejecución, es casi miniaturista en la cabeza, siendo algo más suelta en las manos, aunque el artista pinta con esmero las venas azuladas. Es más amplia en el vestido, cuyos brillos realza de modo maestro, y muy sintética en el fondo, tanto en el interior más oscuro de la derecha como en el jardín, que se ve junto al pilar, a la izquierda. Entre ambos, la parte superior de los cortinajes está también resuelta de manera más sumaria, lo que contribuye a resaltar la perfecta definición de la cabeza de la figura, que destaca sobre ellos. Las diferencias de ejecución entre los distintos retratos de Meissonier obedecen a una convicción, expresada por el propio artista, de que la factura debía convenir al temperamento del personaje. En este sentido, la delicadeza de la factura señalaría bien el carácter de Josefa Manzanedo.
Tres años después de haberlo hecho Meissonier, la pintó Raimundo de Madrazo (P02603). El momento en que Meissonier la pinta en París es cuando era el pintor de mayor fama en Francia. Sin embargo, fue una obra muy poco conocida en vida del artista (Texto extractado en su mayor parte de Barón, J., “Jean-Louis-Ernest Meissonier. Josefa Manzanedo e Intentas de Mitjans”, El legado Ramón de Errazu. Museo Nacional del Prado, 2005, pp. 80-83).