La Virgen de los Reyes Católicos
1491 - 1493. Técnica mixta sobre tabla, 123 x 112 cmSala 051A
María y Jesús reciben el homenaje de los Reyes Católicos -algo idealizados y más juveniles de lo que les correspondería- y de dos de sus hijos, el príncipe Juan y una infanta, probablemente Isabel, la primogénita. A la izquierda, santo Tomás de Aquino protege a don Fernando y tras él, arrodillado, aparece un dominico, identificado con el inquisidor Torquemada. A la derecha, santo Domingo protege a doña Isabel, y junto a él, arrodillado, figura otro dominico, posiblemente Pedro de Arbúes, asesinado en la seo de Zaragoza en 1485.
Por lo que afecta a la cronología, el mejor elemento de juicio es la indumentaria a la moda que lucen los reyes y sus hijos -en especial Isabel la Católica-, que no debe ser anterior a 1490. Además de esto, también ayuda saber que el convento de Santo Tomás de Ávila se concluyó en 1493, aunque esta tabla, destinada al oratorio del Cuarto Real, se pudo hacer algo antes. Si a lo anterior se suma la edad que parece tener el príncipe Juan, nacido en Sevilla el 30 de junio de 1478, entre trece y quince años, todo apunta a que debió de ejecutarse entre 1491 y 1493.
En relación a la autoría, no puede llegarse a ninguna conclusión, ya que no se conoce ninguna obra de la misma mano, por lo que, dada la fama de esta tabla, realizada por un pintor hispanoflamenco castellano, está justificado utilizar para su autor el nombre convencional de Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos.
El dibujo subyacente muestra algunas notas que lo aproximan al de las obras de Fernando Gallego, como la tabla de La Piedad (P2998), particularmente en la manera de hacer el modelado, desigualmente repartido y poco abundante como el suyo, con una secuencia de líneas paralelas -cortas, curvas y desiguales- que, en ocasiones, se unen formando una especie de ramas de árbol, aunque también existen otras paralelas más largas, de tendencia más recta, en los plegados de las telas, que asimismo pueden llegar a unirse. Tanto esto como el tipo de dibujo que realiza este maestro, de búsqueda, con frecuentes modificaciones, le acercan al trazo de Fernando Gallego, y hasta es posible que el pintor de esta tabla haya tenido alguna relación con el salmantino, quizá por origen o por formación. Pero a pesar de su proximidad al de Fernando Gallego, el dibujo subyacente de la Virgen de los Reyes Católicos es muy personal, particularmente en la manera en que traza los contornos con un pincel grueso con un pigmento negro fluido. Para las carnaciones, ya sean rostros y sus diferentes rasgos, cabellos, manos o cuerpos como el del Niño, traza habitualmente líneas discontinuas, muy variadas y peculiares, que se adaptan a la forma, ya sea recta o curva, como se puede constatar en el grupo que forman María y su Hijo, excepción hecha de la reina Isabel la Católica. Para las telas, en cambio, son más largas y continuas y preferentemente rectas, y lo mismo sucede con las que crean los plegados, que, en general, se corresponden con los que aparecen en la capa pictórica, según se puede apreciar en los que forma el manto de la Virgen. El dibujo subyacente que muestra a Isabel la Católica es muy diferente del resto, hasta el punto de sugerir que pueda deberse a otra mano. No obstante, tampoco se puede descartar que la distancia que hay entre este dibujo y los otros responda a que, en esta ocasión, se están definiendo los rasgos que poseía la reina y en los otros no. Es posible que el mismo autor tuviera una imagen previa de la reina y que, al tratar de representar sus rasgos, empleara una técnica que responde más a la de un retrato, con trazos más definidos, con líneas seguidas en los contornos y un modelado a base de líneas largas y paralelas, de tendencia curva, hechas con un pincel mucho más fino, igual que las que traza para definir el cabello, con el flequillo distinto. Precisamente por ello tampoco hay tantos cambios en este dibujo de Isabel como en los otros, sólo un desfase ascendente patente sobre todo en los ojos.
Museo Nacional del Prado, El trazo oculto: dibujos subyacentes en pinturas de los siglos XV y XVI, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2006, p.194-207, nº 12