Mi madrina
Hacia 1912. Óleo sobre lienzo, 196 x 116 cmDepósito en otra institución
Huidobro fue un pintor autodidacta, políticamente posicionado como conservador, que en los años treinta hizo pública en la prensa su animadversión por la política artística de la Segunda República y, en particular, por la Sociedad de Artistas Ibéricos y sus ideas vanguardistas. Ya durante la década en la que pintó este lienzo, por el que recibió una segunda medalla en la Exposición Nacional de 1912, sus obras, que gozaron de gran visibilidad y prestigio, se entendían como producto de un significativo y voluntario sentido conservador, incluso en el plano formal, pues tomaban como principal referente la pintura académica del siglo XIX.
En esta obra, Huidobro plantea un tema subrayadamente apegado al orgullo local y de raza, conectado con la pintura de tipos que le hizo más popular. Retrata a una mujer de mediana edad a la que sitúa en la vega del Manzanares, al límite de la ciudad y con el Palacio Real de fondo. Cuidadosamente ataviada, luce varias joyas, mantón verde pardo y un abanico rico que despliega ante el espectador. El tratamiento de la figura, y sobre todo el título, revelan la posición de esta pintura entre el género del retrato y el de los tipos genuinamente madrileños, pero también la condición transversal, en cuanto a clase social, del gusto por la apariencia castiza.
G. Navarro, Carlos, Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931), Madrid, Museo Nacional del Prado, 2020, p.224 nº 45