Niños cogiendo fruta
1640 - 1645. Óleo sobre lienzo, 198 x 170 cmNo expuesto
Este lienzo es importante para conocer la historia de la naturaleza muerta italiana. Su atribución a Cerquozzi es indudable por su identidad de carácter, técnica y modelos con el lienzo La recogida de caracoles de la Colección Briganti de Roma, quizá incluso pieza concebida como pareja de la del Prado, dada su identidad de dimensiones y el ritmo compositivo, casi simétrico y perfectamente compensado, de ambos lienzos. Por otra parte, son también evidentes las coincidencias con otro lienzo del Museo Boymans van Beuningen, de Rotterdam, de dimensiones menores y composición en sentido vertical.
Todos ellos corresponden a “cuadros con figuras de tamaño natural, acompañadas de frutas y paisajes”. Los tipos de los personajes muestran evidentes recuerdos del modo naturalista caravaggiesco. La expresión un tanto crispada del muchacho, el torso descubierto y la camisa blanca abierta, traen a la memoria el recuerdo de ciertas obras juveniles del propio Caravaggio. La soberbia calidad de los pámpanos y las uvas, interpretados con una maestría difícilmente superable, evocan también el Canasto de frutas de la Pinacoteca Ambrosiana. Sin embargo, la opulencia de las calabazas o la granada abierta, y la presencia apenas entrevista de un paisaje al fondo, apuntan a una fase más avanzada en la evolución del género y recogen ya influencias de pleno barroco. Por ello el lienzo podrá fecharse haca 1640 o quizás más tarde, constituyendo un eslabón fundamental en la historia y evolución de la pintura de naturaleza muerta (Texto extractado de Pérez Sánchez, A. E. en: Museo del Prado. Adquisiciones de 1978 a 1981. Madrid, 1981, núm. 7)