Paisaje con una vid
Hacia 1645. Óleo sobre lienzo, 67 x 90 cm. Sala 018Una de las cosas que distinguen el catálogo de Tomás Hiepes es su versatilidad temática y la variedad de soluciones formales a través de las cuales explotó las posibilidades del género del bodegón. Prueba de ello es este cuadro, en el que recurrió a uno de los temas más frecuentes de los inicios de la pintura de naturaleza muerta en España: las uvas. Pero en vez de representar los racimos aislados o en un interior, los muestra en el campo, colgados de la vid a la que pertenecen. La maestría con la que están pintadas las uvas, y la jugosidad que transmiten, corroboran los elogios que dedicó en el siglo XVIII Marcos Antonio de Orellana a un canasto lleno de uvas, cuyos granos diáfanos, y transparentes, con sus pámpanos, pudieran engañar a las aves. En esta obra, Hiepes ha abandonado la pincelada minuciosa y precisa de sus cuadros más tempranos, y ha utilizado una factura más suelta y rápida, propia de etapas más avanzadas (Texto extractado de Portús, J.: Lo fingido verdadero. Bodegones de la colección Naseiro adquiridos para el Prado, Museo Nacional del Prado, 2006, p. 68).