¡Perdonar nos manda Dios!
1895. Óleo sobre lienzo, 270,3 x 423,5 cm. No expuestoLa obra narra en clave de folletín el regreso al hogar paterno de una joven y su hija, fruto de una relación extraconyugal. Arrodillada, implora clemencia ante su padre, cuya ira aplaca un cura que le recuerda el deber de perdonar. Premiada con una segunda medalla, esta impresionante pintura, narrada en clave de folletín, donde el espectador completa el relato a partir de ciertos detalles, hacía hincapié en las fatales consecuencias y el sufrimiento que, especialmente para la mujer, conllevaban las relaciones extraconyugales. De esta composición, cuajada de citas a Caravaggio y a la pintura del Barroco naturalista, los críticos perdonaron ciertas deficiencias plásticas por lo persuasivo y audaz del argumento. La adquisición de la obra por el Estado significaba la aceptación oficial de ese discurso, convirtiéndose así en un epítome del adoctrinamiento moral pensado para el público femenino.
G.Navarro, Carlos, Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931), Madrid, Museo Nacional del Prado, 2020, p.160 nº 16