Reproducción de la dalmática de Carlomagno
1889. Óleo sobre lienzo, 186,5 x 154,5 cmNo expuesto
Emília Coranty, formada en la Escola Llotja de Barcelona, donde figura como la primera mujer matriculada oficialmente, y en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, recibió una bolsa de cuatro meses para viajar a Roma. Allí realizó, como muestra de su aprovechamiento, esta copia de la dalmática imperial llamada de san Carlomagno, que se conserva en la basílica de San Pedro del Vaticano. A su vuelta participó con asiduidad en las exposiciones y certámenes más importantes de nuestro país, en los que cosechó varios reconocimientos. En 1893 llegó incluso a exponer en el Pabellón de la Mujer de la Exposición Universal Chicago, donde se le concedió la medalla de plata. Fue también una asentada profesora de dibujo en Barcelona.
Por esta pintura, ante la que posó para una fotografía en el interior de su estudio, recibió una tercera medalla en la Nacional de 1890 y fue adquirida por el Estado. El hecho de que la artista eligiera copiar una obra tan significativa para la historia del textil como esta, que según la tradición había vestido el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico el día de su consagración, apunta hacia una notable formación intelectual de la autora. Especializada en dibujo y en diseño textil, fue también una mujer comprometida con el acceso de la mujer a los distintos campos del arte y con la formación no diferenciada.
G. Navarro, Carlos, Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931), Madrid, Museo Nacional del Prado, 2020, p.302 nº 79