Retrato de un niño
Finales del siglo XVII. Óleo sobre lienzo, 120 x 85 cm. Depósito en otra instituciónLa rica vestimenta del niño y el ecenario en el que aparece situado el joven personaje indican la clase social a la que pertenecía este desconocido y triste modelo. El traje y los accesorios permiten fijar la cronología de esta pintura en los últimos años del siglo XVII, constituyendo un interesante documento gráfico de la nobleza del reinado del desafortunado Carlos II.
La delicada y frágil figura del anónimo joven, de mirada melancólica y largos cabellos, podría haber sido pintada, recordando los retratos infantiles del soberano, por un artista que conocía bien las fórmulas utilizadas por Carreño de Miranda; la afinidad existente obliga a considerar a su autor como un discreto admirador del maestro.
La representación de la mesa, de las cortinas o el bastón, se repite en esta ocasión, con un lenguaje simbólico conocido por el espectador del siglo XVII. Los nombres de Pedro Ruiz González, Sebastián Muñoz o Ignacio Ruiz de la Iglesia pueden ser recordados entre aquellos que practicaban el retrato en Madrid en los últimos años del siglo, cuyo estilo, como retratistas de Corte, todavía no ha sido aclarado suficientemente.