Tejares de la montaña del Príncipe Pío
Hacia 1872. Óleo sobre lienzo, 39,2 x 61 cmSala 063A
Sobre un terroso y pequeño montículo, se levanta una rústica construcción semiderruida y abandonada, en cuyo patio interior se advierten restos del tejar entre los matojos de lo que fuera un pequeño huerto. Por detrás de la construcción asoman las copas de varios árboles recortándose sobre un luminoso y azulado cielo.
El real sitio de La Florida, en donde estaba enclavada la montaña del Príncipe Pío era una de las zonas más frecuentadas por Haes y sus discípulos para realizar en ese paraje las clases prácticas dirigidas por Haes en los Estudios del Natural de la Escuela de San Fernando. Los sucesivos permisos de entrada que solicita dan fe de esta enraizada costumbre: "...Siendo costumbre ya establecida de muchos años, que el Profesor de la clase de Paisaje de esta Escuela vaya con sus discípulos durante el mes de mayo al campo para hacer estudios del natural y reuniendo condiciones favorables para el caso la posesión denominada Florida, hoy Escuela de Agricultura, ruego a V.I. se digne conceder el oportuno permiso para que se permita la entrada en dicha posesión con el objeto indicado...", y es de suponer que en una de estas visitas atrajeran su atención estas rústicas construcciones que ya recoge Madoz que existían en esta zona, destacando "...dos pequeños alfares con unos cobertizos y casillas de mala construcción...", que bien pudieran ser alguno de los elegidos por Haes (Texto extractado de: Gutiérrez Márquez, A.; Carlos de Haes en el Museo del Prado, 1826-1898, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2002, p. 148).