Soy Javier Solana y soy miembro del Patronato del Museo del Prado. El Prado ha sido una parte de mi vida. He sido patrono muchos años y también fui ministro muchos años, por lo que el Museo forma parte de mi corazón. Tengo unos recuerdos mezclados. Mis padres me trajeron al Museo con mis hermanos; debía tener ocho o nueve años. Me pareció todo muy oscuro. No sé si me llegó a dar miedo, pero no lo disfruté. Cuando regresé siendo mayor, disfruté mucho.
Recuerdo una historieta pequeñita que para mí era muy emotiva. Durante los últimos fusilamientos del gobierno de Franco, que tuvieron lugar en Hoyo de Manzanares, hubo una noche entera en la que no se sabía si fusilarían a la mañana siguiente o se produciría un perdón. Entonces un grupo de amigos decidimos entrar en el Prado para ver Los fusilamientos de Goya. Fue un gesto simbólico, laico, para que nos ayudara Goya —desde donde estuviera— y que ese fusilamiento no tuviera lugar. Desgraciadamente el fusilamiento se produjo, pero nosotros vivimos un momento de gran emoción. Seríamos unas veinte personas que nos encerramos cariñosamente en la sala de Los fusilamientos para que hubiera voluntad de perdón, recordando lo que habían sido los fusilamientos de la época de Goya.
Ministro de Cultura entre los años 1982 y 1988, desde 2010 es Vocal del Real Patronato del Museo del Prado, del que es nombrado Presidente el 11 de julio de 2019.
Entrevista realizada el 26 de junio de 2019