Burrini, Giovanni Antonio
Bolonia, 1656 - Bolonia, 1727Nacido en Bolonia en 1656, Burrini estudia en sus primeros años con Domenico Maria Canuti y pasa en 1672 al taller de Pasinelli, cuando su primer maestro se traslada a Roma. Heredero de la más pura tradición boloñesa de pintura al fresco, Burrini desarrolla en esta faceta de su arte un estilo personal y renovador, que tiene sus raíces en el decorativismo grandioso y colorista, pero que no rechaza la incorporación de elementos, como el juego de luces y sombras, que pueden tener su inspiración en Guercino o en los frescos de Mattia Preti en la Catedral de Módena. De 1681, son las pinturas en los techos de varios salones del Palacio de Zola Predosa, con escenas mitológicas en las que Burrini busca una perspectiva fingida, de trompe-loeil, en la que las figuras aparecen agrupadas, dejando grandes espacios celestes, que anuncian el estilo de la centuria siguiente. A fines de la década de 1680, trabaja en Turín, en obras perdidas hoy en su mayor parte, y de regreso en Bolonia, realiza varias decoraciones al fresco, como las del Palacio Bugami o del Palacio Público. Hacia el final del siglo XVII, el artista parece inspirarse en la pintura boloñesa de la primera mitad del siglo, y los frescos del Palacio Alamandini recuerdan composiciones y motivos de Albani, unidos a una riqueza y amplitud escenográfica de origen veneciano y que tiene su inspiración directa en las obras de Tintoretto y Veronés. El neovenecianismo es evidente asimismo en los cuadros de altar como el Martirio de Santa Eufemia en Rávena (1686) o la Susana y los viejos de la Pinacoteca de Bolonia. Obras que marcan la evolución de Burrini hacia formas que se pueden llamar neomanieristas, como la Erminia entre los pastores de la Pinacoteca de Bolonia o la Sibila de la boloñesa colección de Tarozzi, en su extremado refinamiento y en la irreal interpretación de la luz.(Mena Marqués, M., Museo del Prado. Catálogos de dibujos. T. VI. Dibujos Italianos del Siglo XVII, 1983, pág. 39)