Aparición de los ángeles a san Jerónimo
1602 - 1603. Óleo sobre lienzo, 184 x 129 cmNo expuesto
La pintura ingresa en la colección real en tiempos de Carlos IV y en su inventario de la Casita del Príncipe en El Escorial se registra como obra de Lucio Massari. Bajo esta misma autoría aparece en el inventario de Fernando VII en el Palacio Real Nuevo, donde se localiza en 1814. Ya en el inventario del Real Museo de 1857 el cuadro se relaciona con Domenichino, siguiendo la propuesta de Pedro de Madrazo plasmada en los catálogos del museo que redactó desde 1843, y que se ha mantenido de forma tradicional en las publicaciones de la institución hasta 1996.
Los primeros investigadores que se ocuparon de esta pintura han debatido entre su atribución al catálogo de Domenichino (Voss, 1924) y Annibale Carracci (Mahon, 1960). El primer autor en relacionar la obra con Francesco Albani fue Posner, también en 1960, opinión que ha generado un consenso prácticamente unánime entre los especialistas posteriores, con la salvedad de Pérez Sanchez (1965), que mantuvo la atribución histórica a Massari del inventario de Carlos IV. La autoría de Albani se ha consolidado principalmente a partir de los trabajos de Cavalli (1962), Borea (1965) y, muy especialmente, Puglisi (1999) y Benati (1981, 1983 y 2022), que han aportado sólidas argumentaciones en favor de la inclusión de esta pintura en la etapa juvenil del artista.
La atribución se fundamenta en la evidente cercanía formal que presenta el cuadro respecto a otras obras tempranas de Albani, tales como el Cristo resucitado se aparece ante la Virgen realizado para el oratorio de San Colombano (h. 1597-98), la Asunción de la Virgen de San Domenico (h. 1600-01) y la Natividad de la Virgen para la iglesia de Santa Maria della Pietà o del Piombo (h. 1600), actualmente en la Pinacoteca Capitolina. Con estas primeras obras, el cuadro del Prado comparte una misma tipología angélica y un similar gusto por el clasicismo de Annibale Carracci, el tratamiento de la musculatura, unas formas inspiradas en Rafael y algunas notas de la suavidad y el sfumato de los contornos de Correggio. En razón de ello, Puglisi (1999) y Benati (2022) consideran la obra de Madrid realizada poco después de estas pinturas, a comienzos del periodo romano del artista, hacia 1602-03.
Para la distribución general de la escena y los personajes, Albani se basó en una estampa de Agostino Carracci según composición de Tintoretto, fechada en 1588, mientras que para el león tomó como referencia un dibujo de Agostino conservado hoy en el Castillo Windsor. Como parte del proceso creador de Albani, contamos con un dibujo preparatorio del mismo tema e idéntica colocación de las figuras (Milán, Civiche Raccolte, inv. C728-5874), realizado con lápiz y aguada con realces de blanco.
Por último, se tiene constancia de hasta tres réplicas de esta misma composición, hoy perdidas, que son testimonio de la buena acogida que tuvo la obra en el medio italiano. Una de ellas está documentada en el Palazzo Campeggi de Bolonia (h. 1769) y otras dos en la colección Costaguti (1712) y colección Sacchetti (1726) de Roma (Información actualizada por el Departamento de Pintura Italiana y Francesa hasta 1800 el 8/04/2022).