Cercanías de Vriesland (Holanda)
1878 - 1884. Óleo sobre lienzo, 109 x 199 cm. Depósito en otra instituciónEntre las dos orillas cubiertas de abundante vegetación discurre una gran extensión lacustre. En la orilla derecha y un tanto a lo lejos se observa un pequeño cobertizo para albergar las aves que reposan sobre el agua o que invaden una destartalada barcaza varada entre los cañaverales. Frondosa arboleda al fondo a la izquierda compensada con otra arboleda, menos compacta a la derecha que, junto con el agua en que se ven reflejadas, van estableciendo líneas sinuosas de profundidad, en una marcada composición de volúmenes triangulares. Cielo cubierto de abundante y movida nubosidad, que predice efectos o cambios ambientales fugaces. Esta peculiar captación ambiental es muy recurrente en la última producción artística del pintor destacándose en la obra centrada en Holanda y el norte de Francia donde estos fenómenos atmosféricos se dan con relativa frecuencia.
Aunque el cuadro está fechado en 1884, es muy probable que se trate de la obra que presentó sin éxito en 1878 a la Exposición Nacional de Bellas Artes y a la Exposición Universal de París, donde se le otorgó el máximo galardón. Sabemos por Beruete que esta obra fue fruto de un trabajo perfeccionista dilatado en el tiempo: “...no iguala a los hechos las “Cercanías de Vriesland”, que fue premiado con Medalla de oro en el Exposición Universal de 1878 de París, y que es, a mi juicio, la más completa expresión del talento de este paisajista. En dicho cuadro, de vigoroso efecto, de colorido jugoso y de una factura suelta y magistral, trabajó Haes cual en ninguno de sus cuadros; y no contento con el éxito obtenido en París, volvió a retocarlo y corregirlo, logrando con este trabajo, hecho en diferentes épocas, un empaste que no tienen otras obras suyas...”, dándolo por concluido en 1884 en lo que presenta, también sin éxito, a la Exposición Nacional de este año con el escueto y genérico título anterior, bien pudiera ser que para Haes, después de retoques y correcciones, supusiera ya otro tema que no concordara fielmente a lo visualizado y plasmado por él años antes. Refuerza esta hipótesis el hecho de que su presencia en esta exposición tuviera tan sólo un valor testimonial, ya que el Reglamento vigente vetaba de premios a aquellos pintores que en anteriores Exposiciones Nacionales hubieran ya obtenido dos premios de primera categoría -como era el caso de Haes- quedando tan solo la posibilidad de ser propuesto para medalla de honor, cosa harto difícil de conseguir para un paisaje en liza con los valorados cuadros de historia.
El cuadro, a pesar de que pasó por el certamen sin pena ni gloria, fue adquirido por el Estado en 1884, al término de la Exposición, pasando al Museo Nacional de Pintura y Escultura donde fue valorado en su justa medida por la crítica del momento: “...al insigne artista le bastó ejecutar el maravilloso lienzo que atesora también nuestro Museo del Prado, y que representa un lago entre frondosas alamedas, para demostrar urbi et orbi que conoce todos los estilos, domina todas las maneras de pintar y que en todos los procedimientos artísticos ocupa por derecho propio e indiscutible el más honroso lugar...”.
El Museo de Lérida conserva un estudio preparatorio Estudio para el cuadro de los patos del Museo de Arte Moderno (Madrid) centrado en el tema de la barcaza y las aves acuáticas de su entorno (Texto extractado de: Gutiérrez Márquez, A.; Carlos de Haes en el Museo del Prado 1826-1898, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2002, p. 332).