Copa de pie cuadrado de jaspe con camafeos
1687 - 1689. Ágata, Calcedonia, Carneola, Esmalte, Esmeralda, Jaspe, Oro, Plata dorada, Rubí, 11,7 x 8,8 cm. Sala 079BVaso similar al O38, excepto en la tapa, que le falta. La pedrería del aro de jaspe está completa, y los camafeos que restan consisten en: un busto masculino a la romana, coronado y una cabeza de mujer del mismo artífice, ambos de carneola; otro con una cabeza, quizás de Hércules, en calcedonia; y un busto masculino laureado, con otro femenino al fondo, de ágata, semejante a un camafeo conservado en el Kunsthistorisches Museum de Viena. Carece de marcas.
La hechura de este vaso y su pareja, O38, es singular, ya que fueron concebidos para no ser mostrados abiertos, y están realizados en plata y oro dejando visible la parte central que, en realidad es lo único que es de piedra, ya que, como apuntaba el inventario del Tesoro redactado en La Granja de San Ildefonso en 1746, consiste en una pieza de jaspe de sección cuadrilobulada, formando el trabajo de metal el resto de la copa, con un efecto óptico de sobrepuesto, cuando, en realidad no existe nada debajo. El diseño es muy próximo a algunos de Jean I Bérain (1640-1711), pues un proyecto de aparador a él atribuido, formado por diversos vasos, incluye algunos de forma y proporciones similares.
La decoración es muy rica y se ajusta a los gustos de la escuela de París, dentro del estilo de hojarascas realizado durante el reinado de Luis XIV. En el conjunto del Prado encontramos numerosos ejemplos de esta tendencia, algunos enriquecidos con camafeos, otros con simples guarniciones, pero siempre la técnica es la misma: sobrepuestos de leve volumen, gracias a un ligero relevado que son esmaltados de blanco opaco, con los extremos en rosa. Las nervaduras de las hojas y volumen de los pétalos se proporcionan por pinceladas negras y, a veces, las corolas están esmaltadas del mismo tono que las cintas, según los diseños puestos de moda por Berain. Todos los pequeños elementos se colocan, a modo de rejilla, sobre una superficie finamente picada, que puede alternar con áreas lisas. Aunque inspirados en formas clásicas, la policromía y la riqueza exuberante de estos vasos logran crear un estilo muy personal.
Su pareja (O38) aparece reproducida en: Juan Laurent y Minier, "Vase, cristal de roche taillé et gravé, montures d’or et émail, XVIe siècle, règne de Henri III", hacia 1879, Museo del Prado, HF0835/3 (Arbeteta tiene presentado un texto sobre la revisión de la catalogación para su publicación).
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.