Salvilla de lapislázuli
Hacia 1600. Lapislázuli, Plata dorada.Sala 079B
Esta salvilla de presentación, soucoupe, hace pareja con la O61 del Tesoro del Delfín y ambas están realizadas de una sola pieza en lapislázuli. Tiene cuerpo redondo de fondo plano, paredes bajas y un corto vástago torneado que asienta en un pie pequeño. Una guarnición de plata rodea el borde. El perfil, aunque muy simple, nos remite a obras realizadas en Milán, quizás en el entorno de los Miseroni. Conserva la marca de platero IR (posiblemente, Jean Royel).
En el inventario de la colección del Gran Delfín en Versalles se describen sin guarniciones, posiblemente añadidas antes de finalizar el inventario en 1689, aunque no constan anotaciones marginales. Dichos cercos de plata, se basan en los diseños de Jean I Berain (1640-1711), consistentes en una cenefa interna de palmetas y una exterior gallonada, separadas por molduras.
A pesar de su sencillez esta salvilla y su pareja (O61) son obras notables, pues la ejecución monolítica precisa disponer de un bloque de piedra del tamaño adecuado para realizar dos al mismo tiempo, siendo perfectamente uniformes tanto en su aspecto como por su diseño. Por otra parte, la selección de la variante del lapislázuli, con abundantes vetas de calcita, aunque de inferior calidad al tradicional azul intenso con gran concentración de azurita, pudiera ser intencionada, buscando un aspecto estético diferente. La veta empleada podría provenir de la zona de Badakhshan en Afganistán, donde actualmente todavía se extraen vetas similares, o bien del lago Baikal, zona en la que el lapislázuli se encuentra con abundantes inclusiones de calcita. En todo caso, su colorido suave contribuye al aspecto final de la obra, de una rara belleza.
Esta salvilla y su pareja O61 llevan la marca IR, atribuida al platero Jean Royel. Se acompaña por las marcas de los fermier Jacques Léger (con periodo de actividad entre octubre de 1687 y diciembre de 1691) y Pierre Pointeau (con periodo de actividad entre diciembre de 1691 y enero de 1697), encargados de verificar la obra ejecutada y la calidad del metal.
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.
Arbeteta, Leticia, 'Manifattura milanese; Parigi, Jean Royel (?).Due sottocoppa'. En:. Lapislazzuli: magia del blu., Livorno, Sillabe, 2015, p.329 n.54