La Virgen con el Niño y dos ángeles que la coronan
Hacia 1520. Óleo sobre tabla, 34 x 27 cmSala 058A
Friedländer atribuyó esta tabla del Prado a Gérard David, pintor de origen holandés nacido en Oudewater, que obtuvo la maestría en Brujas en 1484, donde tuvo abierto su taller hasta 1523. Aunque en las primeras obras manifiesta tendencias arcaizantes, utilizando para sus composiciones modelos inspirados en Jan van Eyck y en Roger van del Weyden, después se acentúan en su obra elementos novedosos -entre ellos el modo de representar el paisaje- y se crean en su taller algunos temas que se repetirían durante mucho tiempo e la escuela de Brujas como La Virgen de la sopa o La huida a Egipto.
Para Friedländer esta tabla del Prado pertenece a la última etapa de la actividad del pintor, en torno a 1520, a juzgar por el modelado mucho más blando que el de sus obras anteriores. A pesar de lo tardío de su supuesta fecha de ejecución, coincide con otras pinturas de devoción de pequeño formato salidas del taller de David, en las que se sustituyó el marco arquitectónico o el paisaje por un fondo de oro.
Inspirada posiblemente en el grabado de La Virgen del mono de Durero, conocido quizás antes de la estancia del pintor en Nuremberg en los Países Bajos en 1521, aunque no sea necesario. En esta tabla, el autor representó a María, de medio cuerpo como reina de los cielos, coronada por dos ángeles. Su rostro pensativo, mirando a su Hijo al que sostiene en sus brazos, y el modo en que Jesús se aparta de ella para jugar con los cardos, aluden de nuevo a los dolores de la pasión, que están presentes en los días de la infancia, como lo reitera la literatura religiosa de la época (Texto extractado de Silva, P.: Pintura flamenca de los siglos XV y XVI. Guía, Museo Nacional del Prado, 2001, p. 102).