Braserillo de jade y plata dorada con dos mascarones
Siglos XVI - XVII. Plata dorada, Jade nefrita.Sala 079B
Vaso compuesto por siete piezas de jade y guarniciones de plata dorada. El cuerpo consiste en una gran pieza de jade, dispuesta sobre un pie en forma de trípode, formado por tres patas de perro con seis festones colgantes, cintas y un recipiente bajo, gallonado y rematado por un cogollo. En el interior, tres cartelas con decoración incisa y elementos de sujeción para un recipiente, posiblemente el brasero. Tres mascarones de femeninos con tiara y velos se unen al cuerpo mediante charnelas. La tapa apoya en una ancha guarnición acampanada con diseño de cintas y festones sobre un fondo de escamas punteadas. Sigue una moldura de cintas enlazadas y florones y sobre ella otra en forma de linterna de aspecto campaniforme y rejilla calada en la parte superior, rematada por una flama. La marca que se aprecia en el borde de la tapa corresponde a la marca de descarga, obligatoria para el pago del impuesto correspondiente, de Antoine Etienne Ridereau, ´fermier´ entre 1684 y 1687. Este braserillo, ya citado en el inventario de Versalles de 1689, corresponde al gusto clásico francés propiciado por Le Brun, Maison, Berain y otros. Los mascarones, las guirnaldas con sus cintas, las tornapuntas que rematan en patas de perro son elementos típicos del llamado estilo Luis XIV, del que tan pocas piezas de orfebrería han sobrevivido. Como objeto de plena moda, la valoración de este vaso en el inventario de Versalles de 1689 fue alta, alcanzando la cifra de 300 pistolas.
En el museo del Louvre existen vasos con diseño similar, como los MR 201 y MR 202. El diseño de cintas enlazadas con florones, utilizado en molduras convexas, se encuentra también en otros vasos del Prado, esta vez en oro esmaltado, como puede apreciarse en las piezas O36 y O37, marcado por el platero parisino con iniciales PL, identificado como Pierre Ladoyreau, obra realizada en 1689, puesto que ya aparece en el inventario de este año, y ostenta la marca de descarga de Jacques Léger, activo entre 1689 y 1691.
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.