San Ramón Nonato coronado por Cristo
1673. Óleo sobre lienzo, 136 x 199 cm. No expuestoSanto nacido en la diócesis de Solsona hacia 1200, su apellido verosímilmente era Sarró, pero se le apodó Nonato por nacer del vientre de su madre poco después de morir ésta. Trabajando como pastor, la Virgen de la Merced le pidió que ingresase en esta orden, donde trabó amistad con san Pedro Nolasco. Marchó a Argel para redimir cautivos y sufrió él mismo prisión. Nombrado cardenal en 1239 por Gregorio IX, murió a los cuarenta años en Cardona.
La escena representa una visión que tuvo san Ramón, narrándose en su parte izquierda el episodio en que el Santo, ayudado por otro religioso mercedario, cubre con su capelo cardenalicio a un pobre; en la parte central se sucede la aparición de Cristo que le ofrece una corona de espinas alusiva a los sufrimientos que había aceptado soportar; a la derecha se aprecia a la Virgen entregándole una corona de rosas que el Santo rechaza. Con la historia del pobre se alude al que el Santo encontró andrajoso y le entregó su sombrero cardenalicio, le condujo al hospicio del convento y le dio de comer, afirmando la tradición que el mendigo no era otro sino el propio Cristo, el cual, durante la noche, se le apareció acompañado de su Madre para ofrecerle coronas de espinas y rosas aceptando tan sólo la primera.
La concepción general de la composición, así como el modelo de san José, son muy parecidos a los que utilizó para su lienzo de La imposición del collar y manto a santa Teresa (Valladolid, San Quirce). En ambos resulta patente su excelente gusto en el colorido y buena invención de que habla Palomino. Esta es, sin duda, la obra maestra de su catálogo conocido, no sólo por su acertada composición, sino también por su bellísimo y refinado colorido. A pesar de que González de la Vega utiliza un canon alargado para sus figuras relacionado con el de Francisco Camilo, los elementos de perspectiva o el gusto por la arquitectura son propios de Coello no habiendo olvidado tampoco la nerviosa pincelada de Rizi ni sus afilados perfiles. Procede del convento de la Merced Calzada de Madrid en donde estuvo situado en su escalera principal en el segundo tramo que sube al claustro alto. En la Biblioteca Nacional se conserva un dibujo preparatorio para esta misma pintura (Texto extractado de Urrea, J.: Pintores del reinado de Carlos II, Museo del Prado, 1996, p. 62).