Tablero de Felipe II
Antes de 1587. Ágata, Jaspe, Lapislázuli, Mármol africano, Mármol blanco, 7 x 260 cmSala 029
En la parte central, tres óvalos de ágata con marcos enriquecidos de rectángulos, cuadrados, polígonos y círculos de varias piedras duras; todo sobre un fondo compuesto de riquísimos motivos abstractos, geométricos y florales, sobre campo negro. En los cuatro ángulos se disponen corolas de lapislázuli. El borde perimetral, siempre sobre fondo negro y dividido al igual que el resto del tablero por fajas blancas, está compuesto de una serie de figuras geométricas de varios tipos de piedras duras con collares que hacen de marcos. La moldura de bronce dorado con las iniciales Y C se añadió con posterioridad.
El tablero fue enviado por el cardenal Alessandrini (Michele Bonelli, 1541-1598), sobrino de Pío V, desde Roma a España en 1587, como regalo para Felipe II. El tamaño de esta pieza supera el de cualquiera de las mesas realizadas exclusivamente con piedras duras que se conocen. La excepcional importancia de la misma reside en su composición, en la que solamente se incluyen piedras silíceas, con las que resulta más difícil trabajar (González-Palacios, A.: Las colecciones reales españolas de mosaicos y piedras duras, 2001, pp. 59-64).
Existe una descripción latina de las virtudes de las piedras que componían la mesa, escrito por el anticuario y marchante Vincenzio Stampa, Alexandrinae mensae descriptio (British Library, Furlotti: 2010, nota 33). Pérez de Tudela ha publicado ampliamente la documentación sobre el traslado del tablero, que permaneció abandonado en Alicante algunos meses hasta que fue llevado a Madrid. El cardenal, sobrino de Pío V, temía que las piezas unidas con betún se hubiesen desprendido y contemplaba la posibilidad de enviar desde Roma a un maestro especializado para repararla. Aunque el embajador español en Génova, Pedro de Mendoza, pensaba que iría destinada al Escorial, y el conde de Olivares, embajador de Roma, interpretaba la salida casi furtiva de este tablero como ornato del palacio de Aranjuez, Felipe II la destinó al Alcázar, espacio donde tenían cabida obras más lujosas. En la carta del conde de Olivares de 1584 se precisa que la mesa la compró el cardenal Alessandrino de la almoneda del cardenal Delfino, fallecido a finales de 1584, y que además de costar solo cinco mil escudos, su ejecución llevó más de 20 años, adjuntando una memoria para que el traslado se realizase con gran cuidado, siendo como es de mucho valor (Pérez de Tudela: 2009, p. 48 y nota 9). La licencia para el traslado fue ya publicada a finales del siglo XIX: Una tavola lunga palmi tredici e larga palmi sei e mezzo in circa, con fondo e profilo di marmo statuario, cornice e compartimento di marmo africano e mischio adornato di gioie, lapislazuli, agate, corgniole, diaspri el altre pietre preziose quali manda cardenal Alessandrino da Roma in Spagna (1587) (Bosh: 2012, p. 16). En 1587 estaba ya en el Alcázar, en la galería nueva. En 1590 se pagó a Pedro de Valencia un pie de nogal labrado de talla por 1300 reales para la mesa de talla de jaspe rica (A.G.P., Administraciones patrimoniales, El Pardo 9382, exp. 2 y 9383, exp. 2).
Aparte del inventario de 1598 publicado por Sánchez Cantón, la mejor fuente para conocer el Alcázar de fines del siglo XVI quizás sea la relación de Cuelbis de 1599. Parece que esta visita transcurre por las salas más públicas del Alcázar hasta llegar a los apartamentos privados de Felipe II durante sus últimos años. En ella se cita "En baxo a la tierra: Ay seis mesas o tabulas de Jaspis muy fino, son de grandisimo artificio y inestimable valor, ornadas de piedras preciosas la más grande mesa ha enviado por dono al rey de España Felippe el cardenal Alexandrino. Fue estimada de ochienta mill ducados ó cient mill ducados. Es adereçada de las piedras siguientes, de jaspis splendiente y polido como un espejo, piedra azul, hyacinttus, amatista, corall, carderinas, margaritas, granadas, porphidum, agathas, chrysolites, cassadonias, smeralda" (Tesoro Coreográfico de las Españas, 1599, copia de la BNE, ms. 18.472, f. 44v). La remodelación de las colecciones del Alcázar en la que Felipe II incluyó esta destacada mesa seguramente es de la que Camillo Borghese se hace eco en 1594 cuando alaba las galerías que recorre del Alcázar y las pinturas que las decoran (Morel-Fatio, A.: Relation du voyage en Espagne de Camillo Borghese, auditeur de la Chambre Apostolique en 1594, ed. 1878, p. 176) (Pérez de Tudela, A.: La decoración del Alcázar de Madrid en la segunda mitad del siglo XVI, 2010, pp. 115, 121 y 133).
Al conocimiento sobre los artífices en la aún no esclarecida cuestión entre Roma y Florencia, estudiada desde hace tiempo por González Palacios, Giusti o Jestaz, hay que añadir la aportación de este último sobre el tablero de mármol hallado en la Casa de Pilatos en Sevilla, junto con la documentación sobre la presencia del artífice marmolista Minardi en Sevilla (Jestaz: 2012, pp. 1-22). A los nombres de il Franciosino, Ludovico y Francesco di Bastiano de’ Rossi, Francesco di Beronio o Ludovico delle Tavole -artífices florentinos que trabajan en Roma a partir de 1567, denominados entonces como commettitori, que fueron reunidos por González Palacios en 2001- podría añadirse el de los también florentinos, el escarpelito Bartolomé de Carli y su hermano Doménico, según los contratos localizados en notarías romanas por el profesor Bosch (2012, pp. 11-12) en relación con los encargos de lápidas que Juan Fernández Pacheco, marqués de Villena y embajador de Roma quería enviar a España y que resultan esenciales para el conocimiento del sistema de elaboración de los tableros de marmi coméis, además de ilustrar el modo de contratación de estas labores en Roma (Aguiló Alonso, M. P.: "Tablero de mármoles y piedras duras italianos en España. Nuevas aportaciones", Ars & Renovatio, número 4, 2016, pp. 22-27).
Se apoya sobre cuatro de los doce leones que el pintor Velázquez, en su segundo viaje a Roma (1649-1651), encargó a Matteo Bonuccelli y que se colocaron por parejas sosteniendo seis bufetes de pórfido en el Salón de Espejos del Alcázar.