Uno de los momentos cruciales de la Fundación fue uno relativamente cercano: la compra de La Virgen de la granada. Era una oportunidad para España, para el Museo del Prado. No es muy frecuente que salga al mercado un Fra Angelico. Además completa muy bien la colección del Prado, un Fra Angelico que estaba en la colección de los Duques de Alba, que es así como llegó al mercado, y que se ofrece al Museo por 18 millones de euros. El Estado pudo poner 10, el Museo de sus propios fondos, pudo poner 4, y los 4 que faltaban se pidieron a los amigos del Museo del Prado. El problema fue que nos lo pidieron de un día para otro, y cuatro millones de euros, para una fundación como la nuestra, era prácticamente la mitad de los ahorros que teníamos desde hacía cuarenta años. Hubo una gran polémica en mi Patronato porque realmente queríamos ayudar pero lo de darlo inmediatamente era complicado. Después de muchas discusiones ganó la idea de que había que ayudar. Para eso estábamos y nosotros encantados de poder ayudar, de poder colaborar a que esta obra estuviera ya colgada y que la pudieran ver todos los españoles y los visitantes del Prado. Ya que lo habíamos hecho, creíamos que era una gran oportunidad de explicar al amigo del Museo del Prado que sus donaciones pequeñas se hacían muy grandes juntas. Todas juntas podían hacer grandes cosas. Entonces nos dejamos la piel para hacer una campaña de comunicación, no para ponernos medallas sino para que realmente el amigo supiera la importancia de sus donaciones. Nos comunicamos con todos y cada uno de ellos, los invitamos durante muchos domingos, cuando el Museo cerraba a las siete y media, nosotros lo volvíamos a abrir. Venían grupos de amigos, les explicábamos por qué era importante ese cuadro y por qué era importante su ayuda. Después los pasábamos a ver el cuadro directamente y les ofrecíamos una copa en la sala de Las Musas, donde estaba todo el equipo de la Fundación, agradeciéndoles su fidelidad. Fue muy duro porque fueron muchos domingos estando allí, explicándolo pero fue la mejor campaña de comunicación. La mejor manera de que el amigo dé valor a lo que está haciendo, y sobre todo de fidelizar. Todos los que comprendieron la importancia de su colaboración, no se han dado de baja ni se darán nunca de baja.
Miembro de la Fundación Amigos del Museo del Prado, de la que fue nombrada secretaria general en 1993, ejerciendo de nexo de unión entre el Patronato y el Museo.
Entrevista realizada el 09 de mayo de 2018