Aquelarre
1850 - 1855. Óleo sobre hojalata, 35 x 25 cmNo expuesto
La obra de Francisco de Goya marcó fuertemente el estilo y la personalidad creativa de Eugenio Lucas, quien se erigiría como el más importante y apasionado seguidor del universo goyesco. Halló en las composiciones del artista aragonés un extraordinario filón para desarrollar una pintura imaginativa, de visiones fantásticas, por lo general dotadas de intenso dramatismo, siempre dentro del espíritu romántico en el que se encuadra su producción. De este modo, asuntos relacionados con la Inquisición, aquelarres, romerías, manolas y toros constituyen el núcleo más interesante de su fecunda carrera artística. De factura violenta, esta escena está plagada de personajes representados de forma imprecisa. En el centro, un individuo encapuchado, vestido de blanco, hostiga a una joven desnuda, que huye despavorida. Sobre ellos, en el negro cielo, un rompimiento que se ha identificado con una aparición brujeril (Texto extractado de La Belleza Cautiva. Pequeños tesoros del Museo del Prado, Museo Nacional del Prado, Obra Social la Caixa, 2014, p. 197).