Aquiles
150 - 175. Mármol, 75 x 77 cmNo expuesto
La cabeza, hasta hace cincuenta años interpretada como un retrato de Alejandro Magno, fue montada en el siglo XVII sobre un gran busto. Aparece mirando enfáticamente hacia arriba, con la boca abierta en un gesto patético; sus largos rizos levantados sobre la frente forman una anastolé y ondean por debajo del borde del yelmo. A partir de que, ya en 1957, Blanco pusiera en duda esta interpretación, y después de las primeras conjeturas, la obra fue identificada en 1967 por E. Berger como la cabeza masculina de un grupo estatuario de Aquiles y Pentesilea, que en la actualidad no se conserva sino parcialmente. A excepción de una cabeza de Aquiles, quizá original, que se encuentra en Roma, el grupo se ha conservado sólo de forma fragmentaria a través de réplicas romanas. De la cabeza de Aquiles se conservan cinco copias. Éste lleva un yelmo ático de parada que ha sido completado de forma puntiaguda; a la altura de las orejas acaba en una voluta bien enroscada. El motivo que más se destaca en los rizos es el remolino que se halla sobre la mitad derecha de la frente, desde donde nacen mechones de rizos ascendentes y descendentes, entrelazados formando ondas, que flanquean la mitad izquierda del rostro; en el perfil derecho, los rizos se enroscan hacia afuera creando un rulo. La oreja derecha está totalmente cubierta, de la izquierda se alcanza a ver el lóbulo. La rigidez de la carnación de la cabeza y los estrechos puentes entre los rizos en el perfil izquierdo permiten una datación entre el 150 y 175 d. C. Esta pertenecía a la colección de Cristina de Suecia, más tarde pasó a la colección Odescalchi, desde donde llegó a España pasando a ser colocada en la iglesia de San Ildefonso (Texto extractado de Schröder, S. F.: Catálogo de la escultura clásica, Museo Nacional del Prado, 2004, pp. 186-191).
Schröder, Stephan F., Catálogo de la escultura clásica: Museo del Prado, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2004, p.186-191