Condenada por la Inquisición
1860. Óleo sobre lienzo, 51 x 41 cmNo expuesto
Lucas hizo su personal interpretación de los aspectos más anecdóticos y pintorescos del universo goyesco, que resultaban particularmente atractivos y sugerentes para los ojos románticos de la sociedad isabelina. Ejemplo máximo de ello son las escenas de Inquisición, abundantes en la obra de Eugenio Lucas, a pesar de que el Tribunal del Santo Oficio había sido definitivamente abolido por un real decreto firmado el 15 de julio de 1834 por la reina gobernadora María Cristina de Borbón (1806-1878), durante el gobierno de Francisco Martínez de la Rosa.
En esta escena que representa a la mujer, de acentuada contención dramática y tintes mucho más sombríos que en el ejemplo del Condenado por la Inquisición (P4412), la representa montada a la amazona, con falda azul, el cabello suelto y revuelto y el rostro compungido. Conduce el asno que la carga un mulero que la increpa con su gesto, mientras es vigilada a lo lejos por la negra sombra de un alguacil y una anciana se arrodilla implorante a su paso.
Con una efectista utilización de los recursos pictóricos, de grueso y rico empaste, que contrasta con toques nerviosos y menudos del pincel, consigue una eficaz intensidad expresiva. El artista ilumina hábilmente las figuras que se desenvuelven en un constreñido e indefinido ámbito espacial, sugerido tan sólo por las tenues y desdibujadas siluetas de los edificios de la calle y fogonazos de luz, dispuestos con un indudable instinto efectista para intensificar la atmósfera agobiante y dramática de las escenas.
Diez, J.L; Barón, J., El siglo XIX en el Prado, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2007, p.144/ lám.17