Diana en un paisaje
1739. Óleo sobre lienzo, 109 x 133 cm. No expuestoLa diosa Diana duerme vestida con un atuendo de tipología clásica, envuelta en un manto sobre el que destaca una piel de leopardo. A su lado aparecen el carcaj con flechas, el arco y una trompa de caza; sobre su cabeza un creciente brilla en la oscuridad, contemplando así la caracterología simbólica de la divinidad clásica. La pintura describe una de las mas refinadas y exquisitas visiones mitológicas del siglo XVIII. No se trata de un retrato, puesto que esta ausente el deseo de individualizar un personaje, por el contrario sus rasgos son genéricos aunque muy bellos. La actitud de dulce abandono, la feliz combinación de colores en los paños con un decidido gusto por desplegar el sentido de las calidades en forma sencilla y suntuosa a la vez; los contrastes de luces y sombras, el tratamiento cuidado y detallista de los objetos y las tonalidades nacaradas de las carnes, contribuyen a crear una obra armónica y sugestiva de magistrales resultados estéticos y decorativos. En este cuadro el autor refleja las enseñanzas familiares aprendidas, el conocimiento de las pinturas italianas contempladas en sus viajes y la estancia en la academia de Paris, todo ello matizado y realzado en una acertada síntesis, producto de sus sensibilidad personal, elegante y preciosista. De acuerdo con la fecha que aparece junto a la firma, 1739, se pintaría en España, dos años después de la llegada del artista a la corte madrileña. se trata del primer cuadro del pintor con tema mitológico anterior a la esplendida obra ´La educación del amor´ en el museo de la Real Academia de San Fernando. (Texto extractado de: Luna J.J., Memoria de Actividades, Museo Nacional del Prado, 2002, p. 54)