Felipe II - El gigante Atlas
1557. Bronce dorado.No expuesto
En el anverso busto del rey, barbado, a izquierda. Viste armadura y manto. En el reverso Hércules, frontal, sostiene el globo terráqueo sobre sus hombros.
Los años de 1554 a 1556 fueron especialmente importantes para el príncipe Felipe, pues en este trienio recibió de su padre el emperador Carlos V los dominios de España, Países Bajos, Italia y el Nuevo Mundo.
Esta medalla fue acuñada también en Bruselas, en 1557, y conmemora la subida al trono de Felipe II como rey de las Españas «por la gracia de Dios y por la bondad de su augusto padre Carlos V», como dice la inscripción de su anverso. En este año y en el mismo lugar, su autor el florentino Giampaolo Poggini, recibió el encargo de hacer el modelo del gran Philippus de plata, que sería acuñado más tarde por Jérôme van den Manacker y Claude Noiret, talladores de la ceca de Holanda, también entonces trabajando en Bruselas.
En España, a partir de 1559, Giampaolo tampoco acuñó muchas medallas más (al contrario que su hermano Domenico que uvo una gran producción) y no llegó a crear escuela. Solamente algunos acontecimientos trascendentales (por ejemplo la paz de Cateau-Cambrésis, o la explotación económica del Nuevo Mundo) y los sucesivos matrimonios del Rey (Felipe e Isabel de Valois, y Felipe y Ana de Austria) fueron recordados por él, siempre en medallas acuñadas de pequeño diámetro, que se conservan en su mayoría a través de copias fundidas, que frecuentemente con figuras únicas -de iconografía clásica- en sus reversos y un mismo tipo de retrato real en los anversos, testimonian su buen hacer como orfebre y grabador de monedas.
La mitología de esta medalla está perfectamente elegida para recordar el descanso de Carlos V en la figura de su hijo Felipe II. Hércules vestido con la piel del león de Nemea, al que venció siendo muy joven, carga el globo terrestre sobre sus espaldas para que «Atlas repose» como reza la divisa del reverso, siguiendo el relato de uno de los trabajos del héroe tebano -hijo de Júpiter y Alcmena-, al que fue enviado por Euristeo, Rey de Micenas.
(Texto extractado de: Un Príncipe del Renaicmiento: Felipe II un monarca y su época, Madrid: Museo Nacional del Prado, 1998, p. 535).