Festón de flores y frutas y angelotes
Hacia 1620. Óleo sobre lienzo, 177 x 57 cmNo expuesto
Entre los diferentes tipos de pinturas de género surgidas en el siglo XVII Jan Brueghel el Viejo destacó, entre otras, por la creación de festones de flores y frutas, un tipo de pintura que gozó de menos éxito entre sus colegas flamencos que las guirnaldas de flores enmarcando escenas, la mayoría de ellas religiosas. Frans Snyders si parece que siguió su estela, siendo colaborador en esta obra junto con el taller de Rubens. Así pues vemos el grado de especialización de cada uno de los artistas pintando el primero las frutas, el segundo las flores y el taller las figuras. También el grado de colaboración que se dio en Amberes en estos momentos entre artistas de gran categoría, mostrando la cercanía profesional y a menudo personal que existía entre ellos.
La técnica tan diferenciada de los tres artistas permite distinguir cada una de las partes. La pincelada precisa y minuciosa de Jan Brueghel el Viejo se observa en la factura de las flores mientras que las frutas muestran la traza más continua y brillante de F. Snyders. Las figuras son claramente salidas del estilo y la técnica de Rubens y su taller, con un tratamiento elaborado de cada una de las partes mostrando diferentes tonalidades para crear un conjunto armonioso.
Esta pintura formaba parte de un conjunto llegado desde Flandes para decorar la Torre de la Reina del Alcázar de Madrid. La primera referencia documental de este grupo de 26 obras aparece en el inventario del Alcázar de 1636, donde se mencionan 25 de ellas en la "Pieza grande antes de el dormitorio de su magd. que es donde cena en el quarto bajo de verano" y la otra, una guirnalda de flores y angelotes de F. Snyders, Jan Brueghel el viejo y el taller de Rubens en la "Pieza donde su magd. duerme en el quarto bajo de verano". En este inventario se dice, tras enumerarlas, que fueron las "que se trajeron de Flandes a la reina nra. Sa y estaban colgadas en la torre nueva de su quarto alto y su magd. el Rei nro. Sr. las mandó poner aquí". Así las pinturas fueron trasladadas de su ubicación original a otros dos nuevos emplazamientos sin que sepamos ni el motivo ni la fecha.
De todas las obras del conjunto sólo esta que tiene un formato vertical alargado y estrecho y es la única que se colocó en un lugar diferente. En su nueva ubicación compartió espacio con otro festón de Van der Hamen, el cual, siguiendo el inventario de 1636 que lo describe como: "un festón de diferentes flores y frutas y tres niños, que los dos le tienen y el otro en medio que quiere coger un pájaro", tenía una gran similitud compositiva con el festón de F. Snyders, J. Brueghel y el taller de Rubens, si bien las medidas eran bastante diferentes .
Del origen del conjunto llegado desde Flandes poco se sabe más allá de un documento citado por Pedro de Madrazo en su Viaje Artístico de 1884 (pg.110) el que se habla de un pago en 1623 autorizado por la reina, Isabel de Borbón, de unas obras llegadas de Flandes para decorar sus aposentos. Así pues desconocemos de donde pudo venir esta comisión, si fue la reina quien encargó estas obras, el rey o si la idea vino de Flandes pasando por la archiduquesa Isabel Clara Eugenia. Lo que si parece cierto es que no se trata de un encargo cerrado a un pintor, sino más bien un conjunto de obras de diferentes artistas flamencos enviados para decorar la mencionada Torre, después de las remodelaciones llevadas a cabo allí por Juan Gómez de Mora.
Información revisada y actualizada por el Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado (enero, 2015)