La odalisca
1885. Óleo sobre lienzo, 180 x 95 cmNo expuesto
Uno de los elementos básicos de la pintura orientalista era la sensualidad, reflejada sobre todo a través de supuestos y literarios ambientes de harén, cuyas ocultas beldades fueron derroche de imaginación para los occidentales. Este tipo de representaciones fueron desde la exquisitez a la vulgaridad, distinguiéndose varios tipos de harenes en la pintura orientalista, pero suele ser común denominador en ellos la representación de la figura femenina desnuda o semidesnuda, con fuerte carga de sensualidad. El desnudo de una odalisca, con las sugestiones de harén que conlleva, debió de resultar más atractivo que el de una representación del mundo clásico. Ésta de Álvarez Dumont, debido a su tratamiento realista se manifiesta un algo vulgar al lado de la mayor elegancia clásica y de los ecos tizianescos de la de Martínez Pozo, y eso sin tener una actitud tan sugestiva como la de este último. La buscada sensualidad del desnudo, se acentúa por medio del lujo exótico que la rodea y por la penumbra que la envuelve, resaltando las partes desnudas (Texto extractado de Pérez Sánchez, A. E., en: Pintura orientalista española 1830-1930, Fundación Banco Exterior, 1988, p. 102).