Retrato infantil
1822.La niña con melena rizada, vestido de cuerpo azul y falda blanca, lleva collar de eslabones y colgante. Esquivel inició su etapa como pintor de miniaturas en los años veinte y la culminó en la década de los treinta; sus mejores obras están fechadas entre 1833 y 1839. Este retrato fue pintado en 1822, justo un año antes de abandonar la Academia de Bellas Artes de Sevilla para alistarse en el ejército. Su dedicación a la miniatura se debe a su maestro Francisco Gutiérrez, quien la practicó con asiduidad, aunque hasta el momento es difícil diferenciar las obras que pintó de las de otro artista contemporáneo, el gaditano Manuel Gutiérrez y Muntano (1789-1865). Este retrato presenta muchos aspectos en común con obras firmadas por Gutiérrez. La influencia desaparecerá en la década de los años treinta cuando, establecido en Madrid, Esquivel perfeccione su técnica a la vista de las miniaturas de Florentino Decraene (1793-1852), como demuestran un par de retratos conservados en el Museo Arqueológico Nacional (Texto extractado de Espinosa, Carmen: Las miniaturas en el Museo Nacional del Prado. Catálogo razonado, Madrid, Museo del Prado, 2011).