Tríptico de la Adoración de los Magos
1470 - 1472. Óleo sobre tabla, 95 x 271 cmSala 058A
El cuadro está inspirado en trabajos de Rogier van der Weyden, en concreto en el Tríptico de la Natividad (ca. 1441, Berlín, Staatliche Museen) y el Tríptico de santa Columba (ca. 1455, Múnich, Alte Pinakothek), si bien se observan detalles que parecen inspirados en La Adoración de los Magos (ca. 1440, Colonia, catedral) de Stephan Lochner (ca. 1400-1451) y en los grabados de La Natividad (ca. 1470-1475; Lehrs n. 5) y La Adoración de los Magos (ca. 1475, Lehrs n. 6) de Martin Schongauer (ca. 1430-1491). La pintura de Memling representa tres momentos en la primera infancia de Jesús. El primer panel es La Natividad, en el que la Virgen y dos ángeles adoran al Niño, mientras que san José entra en el portal con una pequeña vela que alude simbólicamente a la nueva luz que supone el nacimiento del Mesías. El del centro, La Adoración de los Magos, da título a toda la obra y en él vemos una de las primeras representaciones de un rey mago de raza negra en el arte flamenco. En el último, donde se representa la Purificación de María y la Presentación en el templo del Niño, se cumplen dos prescripciones de la Ley de Moisés: la purificación de la mujer a los cuarenta días del parto y el "rito del rescate" del primogénito. Las escenas se interrelacionan a través de la repetición de los tres personajes principales, y en el caso de La Natividad y La Adoración de los Magos, del idéntico portal que les sirve de escenario, en el que sólo cambia el punto de vista, frontal en La Adoración y sesgado, a través del segundo arco de la derecha, en La Natividad.
El dibujo subyacente, como suele ser corriente en las grandes creaciones de Memling, es abundante en las tablas que componen el tríptico, destacando el esquema de las arquitecturas, el modelado de los rostros y sobre todo el perfilado y sombreado de los vestidos de los personajes. Está realizado con un medio seco, probablemente lápiz (piedra negra), procedimiento que viene considerándose habitual en su etapa artística madura, y se ejecuta sobre una preparación lisa de carbonato cálcico donde el trazo podría deslizarse con toda fluidez sobre la superficie. En las micromuestras analizadas, se ve encima de la preparación una finísima capa blanca cuya misión sería la de fijar y velar levemente el dibujo.
La escena de La Adoración de los Magos está inspirada en el panel central del citado Tríptico de santa Columba de Rogier van der Weyden, de ahí que elementos que fueron modificados en nuestro cuadro aparezcan en la reflectografía infrarroja más próximos a él. Por ejemplo, en el infrarrojo de un personaje como el rey negro, muy diferente de su modelo -el rey situado más a la derecha del Tríptico de santa Columba-, encontramos en el infrarrojo el adorno de tela que le cae a éste desde el sombrero por detrás o la espada menos vertical. De igual manera, se aproxima a la obra de Weyden la forma de sujetar el gorro san José, la existencia de una toca que tapa la frente de la Virgen o la banqueta con la perspectiva más forzada, vista desde arriba, y con la copa que se apoya sobre ella también lobulada. En La Presentación, inspirada en la escena del mismo título del Tríptico de santa Columba, volvemos a ver los mismos procedimientos de trabajo que en las otras dos tablas, incluso en lo que atañe a la arquitectura, como la reestructuración de la escena con el cambio de diseño de las baldosas y de la perspectiva, que comprobamos a simple vista en la base del altar, y numerosas modificaciones en dibujo y pintura a la hora de hacer los elementos de la iglesia.
El intenso dibujo subyacente en este Tríptico de la Adoración de Memling, al igual que los que aparecen en las investigaciones científicas sobre su trabajo, nos redescubre siempre -a pesar de sus muchas deudas iconográficas con otros artistas- un temperamento creativo de gran vitalidad.
Museo Nacional del Prado, El trazo oculto: dibujos subyacentes en pinturas de los siglos XV y XVI, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2006, p.78-91, nº 2