En las obras de temática navideña los elementos iconográficos se repiten una y otra vez. Todos esos detalles están tomados de diversas fuentes o textos, tanto canónicos como apócrifos, cuyo análisis resulta fundamental para estudiar el desarrollo de esas imágenes o de determinadas iconografías.
El interactivo que ahora os presentamos es un acercamiento a esos elementos iconográficos en las obras del Museo.
Las obras de temática navideña están realizadas en fechas muy diferentes; desde la primera mitad del siglo XV, en que Fra Angelico incluye una Adoración de los Magos en la predela de su famosa Anunciación, hasta finales del siglo XVIII, cuando Mengs pinta para Carlos III su espléndida Adoración de los pastores, en la que incluye su autorretrato.
Escuelas pictóricas y contexto cultural
Del mismo modo, veremos que se trata de creaciones de artistas de variada procedencia, que ilustran perfectamente las principales escuelas representadas en el Museo -española, italiana y flamenca-. Y pese a esa variedad geográfica y temporal, el espectador podrá comprobar la existencia de unos modelos iconográficos que se repiten una y otra vez, aunque matizados por las especiales circunstancias de cada artista o cada momento.
Estilos pictóricos
Desde la minuciosidad descriptiva del arte gótico, hasta el naturalismo exacerbado de la pintura barroca -los pies sucios de esclavos y pastores, con sus ropas ajadas por el uso, por ejemplo-. Pasando por la importancia concedida a la arquitectura renacentista en las composiciones de la primera mitad del siglo XVI, ya sea en España o en Flandes.
El contexto económico-social
Podemos ver también la estrecha relación que se puede establecer entre la riqueza del cortejo de los Magos pintado por Rubens en la extraordinaria Adoración que realizó para el Ayuntamiento de Amberes y la importancia que la actividad comercial y la importación de exóticos objetos de lujo tenía en esa ciudad.
Los personajes
Dentro de esas constantes iconográficas se encuentra, por ejemplo, la postura arrodillada de la Virgen en el Nacimiento. La presencia constante del buey y el asno. La colocación del Niño en un pesebre para ser adorado por los pastores, o la figura de la Virgen con el Niño sentado en su regazo para recibir las ofrendas de los tres Magos de Oriente.
La figura del Niño Jesús
Aunque la actitud del Niño puede oscilar desde la curiosidad infantil que le lleva a coger las monedas que le ofrece Melchor hasta la manifestación de su condición divina al bendecir al citado Rey Mago cuando este le besa el pie.
Las funciones de San José
La figura de San José, en cambio, experimenta una gran evolución, desde la imagen caricaturesca del Bosco que le presenta secando al fuego los pañales del recién nacido hasta la figura cargada de ternura que pinta Maíno besando con gran delicadeza y amor paternal la mano del Niño.
Las transformación de José
Y no solo cambia su actitud, sino también su apariencia física, desde las representaciones más antiguas en las que aparece como un entrañable anciano hasta las imágenes posteriores al Concilio de Trento en que ya es un hombre adulto pero con una edad mucho más acorde a su “paternidad”.