Una sala del hospital durante la visita del médico en jefe
1889. Óleo sobre lienzo, 290 x 445 cmSala 061A
En la Exposición Nacional de 1892, el realismo social desbancó de manera definitiva a la pintura de historia. Lo hizo apoyado, en buena medida, en el prestigio de este cuadro, que recibió en Madrid la primera medalla, honor que también había conseguido antes, en la Exposición Universal de París de 1889. Influido directamente por Jules Bastien-Lepage, Jiménez Aranda pinta una escena de evidente atractivo naturalista, sin rastro de la épica de los grandes formatos. La contemplación de procesos cotidianos, incluidos los científicos, interesó particularmente a los pintores naturalistas, que vieron en su representación la culminación de sus propósitos estéticos. Depositada la responsabilidad de la salud en manos civiles y no religiosas, los argumentos sobre medicina se convirtieron en protagonistas de una plástica renovadora.