Copa de sardónice con cabeza de águila
323 a.C. - 321 a.C.. Diamante, Esmalte, Esmeralda, Oro, Rubí, Ágata sardónice, 22,7 x 16,3 cmSala 079B
Vaso formado por tres fragmentos de ágata y cinco guarniciones de oro esmaltado. El cuerpo es una pieza antigua, con ancha guarnición de oro al borde, con un diseño esmaltado de hojarascas blancas y negras unidas por festones de cintas azules. Sobre este se apoya una cabeza de águila en esmalte blanco y negro, con el pico de oro y dos rubíes por ojos. Un grueso nudo sustenta la copa y el vástago se une al pie con otra guarnición menor que repite los diseños. Una última guarnición de cintas quebradas y semicírculos azules entreverados de hojarasca recorre el pie. Las tres guarniciones se enriquecen con sobrepuestos de rubíes, esmeraldas y diamantes. Es similar a otro vaso de la colección del Museo del Prado, el O44. Originalmente contaba con un dragón alado, de oro esmaltado y cubierto también pedrería, que servía de asa y fue robado en 1918. Verlet propuso una posible atribución al platero Josias Belle.
El recurso decorativo del pico y asa de formas animalísticas aparece también en varias piezas de la colección de Luis XIV. Dada la cantidad de vasos con sus guarniciones estilísticamente emparentadas y la documentación sobre reformas realizadas en ellos, cabe presumir que este grupo de monturas se realizaron simultáneamente para el monarca y su hijo en la década final del siglo XVII. Esto coincide con el auge de la moda de las hojarascas, propiciada en la corte gracias a series como las Louis Rupert, las del monogramista PC, activo en París hacia 1672-1676, o los motivos de cintas quebradas de Berain o Daniel Marot, artista que, expulsado tras el Edicto de Nantes, como otros tantos compatriotas, contribuyó decisivamente a la propagación del estilo clasicista francés en los Países Bajos.
El estado anterior al robo de 1918 se conoce por la fotografia de Juan Laurent y Minier, Coupe agate sardoine, montures d’or et argent avec pierres précieuses et émaux, XVIe siècle, règne de François II (HF0835/24) hacia 1879. Museo del Prado.
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.