Copa gallonada con cabeza de águila
1600 - 1620. Diamante, Esmalte, Heliotropo, Oro, Plata dorada, Rubí, Serpentina, Espinela, 33,2 x 35,3 cm. Sala 079BVaso compuesto por cinco piezas: cuerpo de serpentina y el resto de heliotropo. Mediante una voluta de plata dorada y un cerco de rubíes y diamantes a modo de collar, se le ha añadido una cabeza de águila, cuyas plumas se repiten, esmaltadas, en la guarnición, que también ostenta una tira de pedrería. El vástago se asienta sobre pie plano. Cuatro guarniciones de hojarascas enriquecen esta parte, y otro anillo de rubíes y diamantes circunda la base del vástago. Al pie, el diseño es de cintas quebradas y hojas al estilo de París.
La pieza se ensambló hacia 1680, a juzgar por el tipo de montura, aprovechando un vaso más antiguo en forma de lucerna, al estilo de algunos productos de la corte de Praga. La cabeza de águila, similar a otras atribuidas al taller de los Miseroni, pudiera ser en realidad obra del taller de los Sarachi. Numerosos agujeros en el metal indican la anterior presencia de sobrepuestos perdidos. De las 88 piedras existentes en 1746, quedan veinte, entre rubíes y una espinela, además de veinte diamantes, habiendo desaparecido las esmeraldas que originariamente tuvo el vaso.
Se conserva la fotografía de Juan Laurent y Minier, Grande tasse, nero antico et jaspe sanguin, montures d’argent, or et pierreries, XVIe siècle, règne de Charles IX, que permiten conocer el estado de la obra hacia 1879 (HF0835/17) (Arbeteta tiene presentado un texto sobre la revisión de la catalogación para su publicación).
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.