Conca, Sebastiano
Gaeta (Italia), 1680 - Nápoles, 1764Conca entró con diez años en el taller de Francesco Solimena, con quien permaneció por espacio de dieciseis años. Fue la de su maestro la influencia determinante de su pintura, aunque el joven Conca admiró también la pintura clara, luminosa y de variada composición de Luca Giordano. En 1706, Conca marchó a Roma, donde entró en contacto con el mundo dominante de Carlo Maratti y de sus seguidores, sabiendo reunir en sus obras con autentica maestría la formación napolitana con el clasicismo marattiano, que en esos años iba gradualmente avanzando hacia los tonos más amables del rococó. Entre las obras que Conca realizó en Roma en su período juvenil destacan dos lienzos alegóricos pintados por encargo del cardenal Fabrizio Spada. En años posteriores Conca realizaría cuadros de gabinete de tema mitológico, a veces sobre cobre, que marcan la primera influencia en Italia del rococó francés. Entre 1721 y 1725 pintó el gran fresco de la nave central de la iglesia de Santa Cecilia in Trastevere, una de sus obras más conocidas y admirables, que avanza lo que años más tarde haría Corrado Giaquinto. En 1720, Conca había trabajado en Turín para los Saboya, y entre 1731 y 1732 lo haría en Siena y Pisa, siendo éstos los únicos viajes que realizó en los cuarenta y cinco años que permaneció en Roma. Su taller fue de gran importancia, y entre 1739 y 1741 fue director de la Academia de San Lucas. En 1725 regreso definitivamente a Nápoles y Gaeta, donde pasó los últimos años de su vida. Se conserva una notable cantidad de dibujos de su mano, en un estilo característicamente napolitano, que no abandonaría a pesar de su conocimiento del dibujo romano. Son obras de pequeño formato, de técnica rica y variada y de gran dinamismo compositivo (Mena Marqués, M. en Museo del Prado. Catálogo de Dibujos. Dibujos italianos del siglo XVIII, Madrid, 1990, vol. VII, p. 48).