Cacería del Cardenal-Infante
1636 - 1638. Óleo sobre lienzo, 195 x 302 cmNo expuesto
La escena muestra una partida de caza en la que participan el rey Felipe IV y su hermano el Cardenal Infante don Fernando acompañados de sus esposas y de numerosos miembros de la corte. La obra es una muestra de la afición e implicación en este tipo de actividades de la realeza y sus allegados, con una gran cantidad de personajes distribuidos en diferentes planos; el rey y su hermano en la parte derecha y las mujeres detrás y al fondo vemos en un claro del bosque un grupo de perros persiguiendo un venado y unos jinetes con espadas en alto.
La práctica de la cacería era un aspecto fundamental en la formación de la realeza y formaba parte de su educación, ayudándoles en otros aspectos de su vida como la carrera militar. Su importancia fue tal que se desarrolló una literatura en relación a la caza como la famosa obra Origen y dignidad de la caza de Juan Mateos Ballestero publicada en 1634 donde incluso se dice: "La dignidad de este noble ejercicio se conoce fácilmente, por ser propia acción de Reyes, y Príncipes". Diez años más tarde otro arcabucero de su majestad, Alonso Martinez de Espinar, escribió Arte de Ballestería y Montería en el que, al igual que en la obra de Ballestero, se daba indicaciones de cómo realizar las cacerías, como alimentar a los perros o las armas necesarias. Algunas de estas obras, sus grabados y las propias partidas de caza de la familia real, unido a la importancia de este tipo de escenas en la tradición artística como Las cacerías de Carlos V pintadas por Lucas Cranach (P2175 y P2176) pudieron servir de modelos para las obras de Pieter Snayers.
Este artista se formó con el pintor Sebastian Vrancx, conocido por sus escenas de batallas, por lo que cultivó también este genero junto con las pinturas de cacerías. Su relación con la corona española pasa por su actividad con la archiduquesa Isabel Clara Eugenia, a la que había pintado en Isabel Clara Eugenia en el Sitio de Breda (P1747) y con el Cardenal Infante don Fernando, al que retrato en algunas de estas cacerías y que le nombró pintor de corte en Bruselas. Las características técnicas que este artista utiliza en sus escenas bélicas aparecen en estas cacerías; un punto de vista elevado con los personajes en primer término pintados de manera muy minuciosa y tonalidades muy homogéneas en toda la composición.
La obra colgaba en la conocida como "Galería del Rey", la principal estancia publica del lugar, donde colgaban escenas de cazas entre las que se encuentra la famosa Tela Real de Velázquez hoy en la National Gallery de Londres (NG197). Las cartas del Cardenal infante don Fernando de Austria, gobernador de los Países Bajos en el momento del encargo del programa decorativo de la Torre de la Parada, mencionan un encargo aparte separado del de Rubens. Se trata de 60 pinturas de payses de cuya realización se encarga un artista llamado Esneire. Se ha especulado con la posibilidad que ese artista podría ser este P. Snayers. Así lo sostiene S. Alpers en su obra dedicada a la Torre de la Parada. Sin embargo otros historiadores apuntan a F. Snyders y sus escenas de animales como el artista denominado Esnerie. El tamaño de las pinturas, que el cardenal denomina en una de sus cartas enviada el once de diciembre de 1638 "(...) que como son pequeñas se han podido acomodar", dificulta la identificación con las cacerías de Snayers cuyas medidas son bastante grandes. Podría ser que las obras de este artista se encargaran con posterioridad o bien no se hable de ellas en las cartas del cardenal y formara parte de un tercer encargo para decorar la Torre de la Parada cuya superficie era suficientemente amplia como para albergar tantas pinturas. Muchas de estas obras fueron trasladadas al Pardo en 1747 donde decoraron diferentes estancias.
(Información revisada y actualizada por el Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, 2015).