Condenados por la Inquisición
Hacia 1860. Óleo sobre lienzo, 77,5 x 91,5 cm. No expuestoLa declarada fascinación que Eugenio Lucas demostró durante toda su carrera por la obra de Goya le estimuló a recrear en sus cuadros los mismos asuntos que habían protagonizado con mayor éxito el universo creativo del aragonés. Sin embargo, ajeno a la intensidad testimonial que tienen en la obra de Goya las escenas de la dramática realidad española que le tocó vivir, Lucas hizo su personal interpretación de los aspectos más anecdóticos y pintorescos del universo goyesco, particularmente atractivos y sugerentes para los ojos románticos de la sociedad isabelina.
Ejemplo máximo de ello son las escenas de Inquisición, abundantes en la obra de Eugenio Lucas, a pesar de que el Tribunal del Santo Oficio había sido definitivamente abolido por un real decreto firmado en 1834. La visión pintoresca de estas prácticas oscurantistas de la Iglesia católica en España gozó de buena fortuna desde la literatura gótica europea de la segunda mitad del siglo XVIII, caldo de cultivo para el ideario romántico y su universo argumental. De las escenas de Inquisición pintadas por Lucas que conserva el Museo del Prado, se puede destacar ésta en concreto. En ellas Lucas extrae el máximo provecho de la truculencia dramática del argumento, con una efectista utilización de los recursos pictóricos, de grueso y rico empaste, que contrasta con toques con toques nerviosos y menudos del pincel, al servicio de una eficaz intensidad expresiva. El artista ilumina hábilmente las figuras que se desenvuelven en un constreñido e indefinido ámbito espacial sugerido tan solo por las tenues y desdibujadas siluetas de los edificios de la calle y fogonazos de luz, dispuestos con un indudable instinto efectista para intensificar la atmósfera agobiante y dramática de las escenas (Texto extractado de Díez, J.L.: "Eugenio Lucas. Condenado por la Inquisición. Condenada por la Inquisición", El siglo XIX en el Prado. Museo del Prado, 2007, pp. 144-147).