David vencedor de Goliat
1590 - 1595. Óleo sobre lienzo, 207 x 337 cmNo expuesto
Se representa a David niño, con la cabeza del gigante, acompañado de soldados; a la derecha, las mujeres que le aclaman, con instrumentos musicales. El hecho se refiere en el Libro de los Reyes (I, cap. XVIII).
Tras la muerte de Tiziano (1576), Pablo Veronés (1588) Jacopoo Bassano (1592) y Jacopo Tintoretto (1594), el panorama pictórico veneciano quedó en manos de muy discretos continuadores: Domenico Tintoretto, Carletto Veronese o Leandro Bassano. En este contexto Palma se erigió en el principal artífice de la Serenísima, contando con el favor del clero y autoridades. Pintor prolífico que apenas varió su estilo, su producción adolece de una repetición de esquemas y modelos. A Palma se le ha supuesto un fugaz paso por el taller de Tiziano antes de marchar a Urbino y Roma, para regresar a Venecia en 1578. En esta obra y su compañera (P00272), fechadas hacia 1590-1595, Palma exhibe un estilo ecléctico donde la tradición veneciana (Tiziano, Veronés y sobre todo Tintoretto) convive con un énfasis por el disegno que delata el interés por actualizar su lenguaje figurativo y redefinir su posición social siguiendo el modelo de la academia boloñesa de los Carracci. Frente a los pintores de la anterior generación, el color queda supeditado a la línea, que siluetea figuras y objetos. La similitud de estilos y dimensiones sugiere que las pinturas fueron realizadas para exhibirse conjuntamente. Pertenecientes a Carlos I de Inglaterra, a su muerte pasaron al bordador Edward Harrison, a quien las compró Alonso de Cárdenas por 137,10 libras (550 escudos). Felipe IV las destinó al Escorial, colgándolas en el Capítulo del Prior. Aunque el padre De los Santos alabó ambas obras en su descripción del Escorial de 1667, se hizo eco de críticas por el tamaño excesivamente pequeño de David "que casi avulta tanto como él la cabeça del Gigante", aunque encontró rápida justificación para ello: "Y también debió querer significar el Pintor, que fue Dios el que obró esta victoria, y assí eligió al pequeño, y humilde, para confundir al sobervio".
Museo Nacional del Prado, La almoneda del siglo: relaciones artísticas entre España y Gran Bretaña, 1604-1655, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2002, p.242