La familia de Felipe V
Hacia 1723. Óleo sobre lienzo, 44 x 65 cmSala 079B
Contratado como retratista por Felipe V, Jean Ranc llegó a Madrid en 1722. Con sus pinceles llegó toda una galería de efigies del monarca y de sus hijos. También retrato a la familia real de Portugal y participó en la decoración del Alcázar Real de Madrid, destruidas en el incendio de 1734, del que fue injustamente acusado. Al año siguiente falleció en Madrid lleno de amargura y sin haber visto, a su juicio, reconocidos sus méritos como pintor distinguido. La producción principal del artista se la reparten el Museo del Prado y Patrimonio Nacional.
Este lienzo es un boceto para una composición mucho mayor -modificada en diversas ocasiones al compás del crecimiento de la familia real- hoy perdida (probablemente estropeada en el desastre sufrido en el Alcázar en 1734), en la que los monarcas rodeados por sus hijos, dentro de un salón imaginario del Alcázar de Madrid. Un documento conservado en el Archivo de Palacio, fechado en Madrid a 4 de octubre de 1727, es revelador al respecto e indica que trabaja con sumo cuidado desde hacía tiempo en la obra definitiva, que debió de tener grandes dimensiones: Une fluction que j ay sur les yeux [...] le Grand Tableau de toute la familla Royale auquel je travaille, malgré mon indisposition, a des parties du Tableau qui ne sont pas les plus esentielles. Todavía en un inventario de 1772 se describe como maltratado, sin concluir, arrollado.
Tanto por los pormenores arquitectónicos como por la decoración, más parece una suntuosa galería a modo francés que una dependencia de un palacio español, por mucho que el ambiente cortesano se hubiera modernizado con la llegada de los Borbones. De hecho, el pintor toma por modelo el tipo de retrato de grupo que solía llevar a cabo Robert Levrac Tournières, para las familias acomodadas tanto en la capital de Francia como de algunas ciudades importantes. Se puede fechar al comienzo de la estancia del pintor en España, a fines de 1722 o en 1723, y algunos detalles, como el de la princesa que se ve dentro de un marco ovalado -quizá un retrato oficial de Maria Ana Victoria, remitido desde París-, al igual que la sensación de espontaneidad y frescura que se desprende de la libertad de ejecución, sitúan esta pequeña tela entre las mejores del artista. Aparecen Felipe V e Isabel de Farnesio, con los futuros Luis I, Fernando VI, Carlos III y el Duque de Parma; el primero todavía príncipe de Asturias y el último aún vistiendo faldas, según era tradición en el atuendo infantil. Cuatro de los retratos aislados de los mismos personajes existentes en el Museo del Prado poseen relación directa con sus efigies en este grupo familiar (P2329, P2330, P2333, P2334), así como otro expuesto actualmente en el Palacio de la Granja de San Ildefonso (Texto extractado de Luna, J. J. en: El Real Sitio de la Granja de San Ildefonso: retrato y escena del Rey, 2000, pp. 254-255).
En lo emblemático llama la atención las insignias que portan todos los miembros varones de la Familia Real, que son únicamente la banda azul y placa de la Orden del Espíritu Santo, que muestra su vinculación a la Casa Real francesa, y sin embargo no lleva ninguno de ellos la orden propia de la Casa Real española, el Toisón de Oro (Proyecto catalogación elementos heráldicos y falerísticos, Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía).