La Inmaculada Concepción
1683. Óleo sobre lienzo, 168 x 106 cm. Depósito en otra instituciónLa representación de la Inmaculada, tema iconográfico inspirado en el Apocalipsis de San Juan, es muy frecuente en la pintura española; los artistas madrileños, y especialmente durante la segunda mitad del siglo XVII, lo repiten con insistencia, llegando a crear un tipo determinado y característico.
Alonso del Arco, años antes de efectuar esta pintura, había realizado un lienzo con el mismo asunto para la Iglesia de la Compañía de Alcalá de Henares, copiando de forma simplificada, en composición y técnica, la Inmaculada Concepción que su maestro Antonio de Pereda había pintado en 1657 y que se conserva en el Hospital de la Venerable Orden Tercera, en Madrid. Aquí, olvidando la sensación de equilibrio de este primer ejemplar, ha representado una figura esbelta y flexible, con el brazo derecho extendido, cuyo rostro triangular, de ojos abultados, nariz pronunciada y boca pequeña, corresponde al modelo femenino utilizado por el pintor en todas sus obras.
La Virgen destaca sobre la esfera solar esbozada a sus espaldas, cuya luminosidad apenas alcanza las cabezas de unos querubines que rodean a la futura Madre de Dios. A sus pies, otros pequeños ángeles portan los atributos de la letanía, y en primer término, de nuevo un ángel niño, trata de matar a la serpiente que simboliza el mal. Todos los personajes se inscriben en un juego cruzado de diagonales que dan dinamismo a la escena. Los modelos infantiles están interpretados con una pincelada muy ligera y con descuido tanto en el dibujo como en los escorzos. La figura de María, sin embargo, está mucho más elaborada y muestra de forma evidente la delicada gradación cromática característica del pintor.
Se conserva una copia antigua de este lienzo en la ermita del Cristo de la Vega, en Toledo, debida quizá a su taller, y una pintura semejante en la colección Sola, Cádiz.
Esta obra, depositada por el Prado en la Universidad Central de Barcelona por Real Orden de 16 de noviembre de 1883, figura en el catálogo del Museo de la Trinidad como procedente del convento de Trinitarios Descalzos de Toledo, noticia ésta que no se refleja en los textos de tratadistas y viajeros. Sin embargo, Palomino, Ponz y Ceán citan una Inmaculada de mano de Alonso del Arco en el claustro del convento de Trinitarios Descalzos de Madrid, y allí estuvo hasta 1813. (Texto extractado de Orihuela, M.: Pintores del Reinado de Carlos II , Museo del Prado, 1996, p. 84).