Moisés salvado de las aguas
1821 - 1830. Aguada, Carboncillo, Lápiz sobre papel marrón, 1625 x 2130 mmNo expuesto
La escena se desarrolla en el palacio del faraón Ramsés II, donde una joven egipcia de rodillas sostiene al niño que se ha encontrado en el Nilo, mientras Termutis, hija del faraón, lo presenta a su padre expresando su deseo de criarlo en el palacio. Detrás de la princesa, la madre de Moisés, Jocabed, es la elegida para la lactancia; es ella quien reprime el movimiento de su hija Miriam (María) que sólo piensa en la felicidad de su hermano menor.
Mientras tanto, el faraón toma su comida a la puerta del palacio, según la antigua costumbre egipcia; a su lado hay una mesa con frutas y detrás de él está la entrada del palacio y su rico pórtico. Se representa sentado en su trono, con el cuerpo hacia delante y se conmueve ante la visión del pequeño hebreo, que extiende sus brazos a su Creador. Hereda la expresión dolorosa de su hija, ya que los adivinos anunciaron que el nacimiento de un hebreo amenazaría un día Egipto. Cerca del faraón hay una mesa con frutas y detrás de él está la entrada al palacio y su rico pórtico.
La disposición general de la arquitectura con líneas simples y amplias ha sido tomada de los monumentos de la misma Roma. Orsel ha adaptado a las molduras egipcias las siluetas de Trinidad del Monte, el Palacio del Quirinal y la Torre de Nerón, ésta última se visualiza claramente en el centro de la composición formando parte del fondo de paisaje. En la primera columna, a la izquierda de la escena, se encuentran grabados los tres grandes dioses de Egipto: Osiris, Isis y Horus; mientras que los nombres de los faraones de la dinastía de Ramsés II se rastrean en las paredes del recinto.
Orsel imaginó un episodio íntimamente relacionado, pero no narrado literalmente, con el relato bíblico (Éxodo, 2). El artista buscó el color y demostró su atento estudio del estilo y de los monumentos egipcios. Buscó que cada uno de los personajes revelara por su movimiento, su gesto y sus características su personalidad, lo que le movía. En la pintura final se puede observar el estilo de Poussin y la influencia de las Estancias Vaticanas de Rafael.
En la escena final existen varios detalles que no se encuentran en el boceto como por ejemplo: el trono donde se sienta el faraón se decora con el nombre en jeroglífico de Ramsés II; en las vestiduras del faraón, del boceto del Prado, no aparecen los diseños del halcón real o el nilómetro; algunos personajes como el del soldado que rechaza a aquellos curiosos que han visto regresar a la princesa al palacio con el niño no se representan en éste boceto pero en la pintura lo encontramos al fondo en la parte derecha.
La escena se comenzó a idear por Orsel en 1821 París y dos años más tarde, en 1823, el Ayuntamiento de Lyon le encargo su realización. Finalmente, en 1826 en Roma se inició la realización de la pintura que se completó en 1829, enviándose a la exposición organizada en el Louvre ese año. Posteriormente fue colocado en la gran Galería de Artistas de Lyon en el Palais Saint-Pierre, donde ahora se encuentra (Musée des Beaux-Arts de Lyon. Inv. A 145), junto a la Muerte de Abel. Orsel recibió la suma de ocho mil francos y sus compatriotas le concedieron la más alta alabanza. (Texto extractado de Perin, Alphonse: Oeuvres diverses de Victor Orsel (1791-1850) / mises en lumiere et presentées par Alphonse Perin; Lyon: Imprimerie Alf. Louis Perrin et Marinet; Paris, 1852-1877, vol. 2, fascículo tercero, pp. 11-16).