Salvador eucarístico
1520 - 1530. Óleo sobre tabla, 67,5 x 54,2 cmSala 052C
Por dimensiones, formato y sentido compositivo, esta pintura es un depurado ejemplo de la producción de Fernando Yáñez de la Almedina, uno de los artistas españoles que más tempranamente absorbieron las enseñanzas del Renacimiento temprano de Fra Bartolomeo, Andrea del Sarto y, sobre todo, Leonardo da Vinci. De hecho, este busto de Cristo frontal, con barba rizada y largos cabellos organizados simétricamente a ambos lados de la cabeza, en actitud de bendecir con la mano derecha, deriva de la obra de Leonardo, quizá de un Salvator Mundi perdido del que conocemos composición gracias a las versiones de otros artistas leonardescos y a través de una estampa de Wenzel Hollar fechada en 1650 en la que se acredita la invención de Leonardo.
El pintor manchego pintó al menos otros dos ejemplares con esta figura: Cristo entre san Pedro y san Juan de la colección Juan Abelló (Madrid) y la Cabeza de Cristo, Salvator Mundi que en 2014 adquirió el Metropolitan Museum de Nueva York. A diferencia de las dos tablas citadas, en la obra del Prado Cristo aparece con gesto ensimismado, con los párpados caídos en lugar de contemplar con fijeza al espectador. Más significativa es la inclusión en la mano izquierda de un cáliz sobre el que se ha representado una hostia. Esta clara referencia eucarística inicia lo que será una duradera tradición iconográfica hispana y más concretamente valenciana, adelanto de los ejemplares de Vicente Macip y Joan de Joanes.
El empleo de un dibujo anatómico prolijo, describiendo una característica tensión muscular, y el colorido apagado y opaco apuntan hacia una cronología avanzada, centrada en los años veinte y principios de los treinta (Texto extractado de Ruiz, L.: Museo Nacional del Prado, Memoria de Actividades 2016, pp. 50-51).