Andrómeda y el dragón
1686 - 1688. Óleo sobre lienzo, 114 x 136 cmDepósito en otra institución
Un oráculo vaticinó a Céfiso, rey de Etiopía, que se libraría del dragón que asolaba su reino cuando ofreciera en sacrificio a su hija Andrómeda. Perseo, montado sobre Pegaso, salvó a la mujer usando la cabeza de Medusa, cuya visión petrificó al dragón (Ovidio, Metamorfosis, libro IV, 690-700).
Pintura de extraordinaria calidad que muestra las características propias de la década anterior a la llegada del pintor a España, con un dibujo apurado que describe minuciosamente todos los detalles a través de pinceladas precisas. Es pintura de empeño, como se advierte en su técnica y en la multitud de figuras que pueblan la composición, en las que Giordano se entretiene ofreciendo un amplio catálogo de expresiones y actitudes que muestran el horror y la desesperación ante el inminente sacrificio de Andrómeda. Como es habitual, muestra la escena en su momento de mayor tensión dramática, cuando Perseo llega blandiendo la cabeza de Medusa y el dragón dirige su amenazante mirada hacia él. La roca, a la que esta encadenada la joven desnuda, divide la composición en dos mitades claramente contrastadas por el uso de la luz, las actitudes y el número de personajes.
Esta pintura forma parte de uno de los encargos más ambiciosos realizados por la corona española a Luca Giordano. Se trata de un conjunto de cuarenta y cinco pinturas de temática histórica, religiosa, mitológica y alegórica, de formatos estandarizados, que llegaron a Madrid en 1688 como primera remesa de un envío más numeroso, que debía alcanzar las ciento veintidós obras.
Úbeda de los Cobos, Andrés, Luca Giordano en el Museo Nacional del Prado: catálogo razonado, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2017, p.132-134