El sacrificio de Isaac
Hacia 1653. Óleo sobre lienzo, 85 x 124 cm.Dios puso a prueba a Abraham pidiéndole que sacrificara a su hijo Isaac. Llegados al lugar elegido, Abraham construyó un ara, amontonó leña, ató a su hijo y se dispuso a cumplir su palabra, momento en el que un ángel detuvo su brazo, mostrándole un carnero enviado por Dios para que realizara con él el sacrificio (Génesis 22: 1-19).Giordano dispuso la composición de acuerdo a una doble diagonal. Las figuras aparecen a modo de friso descendente desde el ángel situado a la izquierda, pasando por Abraham o el resignado Isaac, concluyendo con la tea mencionada en el episodio bíblico en la esquina inferior derecha. Al fondo cierra la composición una ladera de pronunciada pendiente que desciende hacia la izquierda. En su parte más baja se abre un tercer plano en el que aparece una ciudad descrita con someras pinceladas azuladas.El pintor escogió, como es habitual en la representación de esta escena, el momento de mayor dramatismo, cuando el viejo Abraham se dispone a degollar a su hijo, que ha asumido dócilmente su sacrificio. El ángel detiene el brazo del padre y le conmina a sustituir a su primogénito por el carnero enviado por Dios, situado a la derecha del ara. El dramatismo se acentúa mediante la agitación de los mantos de tonos rosáceos que cubren al patriarca y al ángel; o por el paño de color azul que, sin finalidad práctica aparente, le sobrevuela.