Atenea
Principio del siglo I. Mármol blanco, 180 x 48 cm. Sala 073En 1908, B. Sauer descubrió que este torso -entonces desfigurado por una restauración barroca- era copia de un original perdido de Mirón: se trataba de la Atenea que, enfrentada a una figura de Marsias, se elevaba junto a la esquina noroeste del Partenón. El grupo, conocido a través de copias escultóricas y de pinturas sobre vasijas, no representaba exactamente a "Atenea golpeando al sileno Marsias porque había recogido las flautas que la diosa quería arrojar lejos", como dice Pausanias (I, 24,1): más sencillamente, la diosa aparecía lanzando al suelo las flautas, tras descubrir que al tañer se le deformaban las mejillas, y Marsias expresaba su asombro dando un salto hacia atrás. Resulta muy interesante comparar esta Atenea mironiana con las realizadas por Fidias: aquí se evidencia el gusto, aún propio del Estilo Severo, por las formas esbeltas, casi sin curvas; la diosa aparece delgada, muy joven, vestida con un peplo de gruesa lana que delimita pliegues lineales, superficiales planas y un discreto sombreado. En cuanto a la cabeza que contemplamos, digna en su altivez, cabe recordar que no pertenece a nuestra escultura: es un vaciado actual de la copia conservada en el Museo de Francfort. Al colocarlo en su lugar, se ha podido comprobar que encaja exactamente, lo que parece indicar que ambas copias -la de Francfort y la de Madrid- fueron realizadas por un mismo taller, donde se tallaban aparte, y en serie, los cuerpos y las cabezas. La cabeza es un vaciado en yeso de una réplica del Museo Liebieghaus de Fráncfort (Texto extractado de Elvira Barba, M. A. : Escultura clásica. Guía, Museo Nacional del Prado, 1999, p. 68).